Aristóteles
fuente: Aristotele

Exposiciones

Planteamiento de fondo

Para Aristóteles, así como para su maestro Platón, existe un mundo inteligible, espiritual e invisible (los “Motores inmóviles”), pero también es plenamente real el mundo sensible, este mundo, hecho de sustancias materiales. Sin embargo este mundo sensible es su principal objeto de atención.
Si para Platón la idea, realidad perfecta e inmutable, es algo central; para Aristóteles lo central es la sustancia, que es ante todo sustancia material, corpórea.
Mientras que para Platón todo se dirigía hacia el mundo de las ideas, el cual ya habíamos visto antes y que veremos después de la unión de alma con el cuerpo, para Aristóteles la vida presente es la verdadera vida. Esto lo prueba el hecho de que en Aristóteles no hay nada que nos hable de una vida ultraterrena (sin embargo el no excluye la posibilidad).

Subdivisión del saber

Todo el saber se subdivide en ciencias teóricas (NT metafísica, cosmología antropología) prácticas (NT. Ética y política) y poiéticas.
Las primeras se dirigen al “saber por el saber” (theorein, ver, contemplar), las segundas al obrar (prassein) (NT ética, política), las terceras al “hacer”(poiein) (NT estética).
El ámbito más importante del saber son las ciencias teoretiche: Aquellas que tienen como tarea decirnos que es lo que existe.
Después están las ciencias pratiche (ética, que concierne al obrar del individuo y la política que concierne al obrar de la colectividad), que tienen la tarea delinear el recto comportamiento humano.
Pero el hombre no tiene solo la posibilidad de obrar, también hace, es decir puede modificar le mundo material en el cual se encuentra inmerso: este campo comprende el arte (techne), en sentido amplio. En el medioevo los filósofos escolásticos hicieron la distinción entre las bellas artes y las artes útiles.

Metafísica

Su fín es la contemplación, es decir el conocimiento (desinteresado) de la verdad. En efecto, para Aristóteles “todos los hombres, por naturaleza, tienden a conocer (Πάντες ἄνθροποι τοῦ εἰδέναι ὀρέγονται φύσει)”

“Los hombre comenzaron a filosofar, desde los orígenes, a causa de las maravillas (…) Quien experimenta un sentido de duda y de maravilla reconoce que no sabe (…). De manera que si los hombre han filosofado para liberarse de la ignorancia, es evidente que buscaron el conocer solo con el fin de conocer y no para conseguir alguna utilidad práctica” (Met, A, 2, 982b)

“El fin de la ciencia teórica es la verdad" Met, A elatton, 1, 993b).

Esto significa que en el hombre tiene el deseo de conocer la verdad, y este deseo es más fuerte que cualquier interés práctico. El hombre quiere conocer cual es el sentido de su existencia, sin refugiarse en un proyecto determinado.

Sin embargo es negativo el hecho que para Aristóteles piense que la maravilla (el "thaumàzein") sea algo superable, pues casi se diría que el hombre podría entenderlo todo. La verdad es que nosotros estamos siempre delante de una medida más grande que la nuestra: no hecha por nosotros, en efecto nosotros no hemos hecho el mundo.

Por eso tal como lo decía S. Gregorio Nacianceno, “solo el estupor hace conocer”. Resuena la amonestación de Cristo a volver a ser “como niños”. O como habría hecho decir Péguy a Dios, en el misterios de los santos inocentes, “El hombre fuerte no es mi fuerte”.

La metafísica tiene cuatro significados fundamentales (NT aitiología, ontología, usiología y teología):

a) Aitiología

La metafísica en cuanto tal es la ciencia de las causas primeras, o de los supremos por qué. A partir de los por qué próximos se pueden conocer las causas primeras que considera la metafísica. En realidad los por qué próximos, en relación con los por qué supremos, se constituyen en los “como”.

Las causas primeras son cuatro: Material, formal, eficiente (o agente) y final.

  1. La causa material o materia es el sustrato indeterminado, por lo tanto está privado de características específicas. De estas causas se ocuparon esencialmente los primeros filósofos (desde la escuela jónica hasta Heráclito).
  2. La causa formal o forma es el factor determinante, aquello que hace que la materia asuma ciertos caracteres distintivos. De esta causa se ocupó de manera particular Platón, con su teoría de las ideas.
  3. La causa eficiente (o eficaz, o agente) es aquello que produce el efecto: es la causa en el sentido corriente del término. Empédocles es el primero que identifica esta causa y la coloca en las fuerzas de amor y odio.
  4. La causa final o fin es aquello hacia lo cual tiende la cosa causada. De esta causa habló sobretodo Anaxágoras con su teoría del Nous, que organiza toda la realidad (de las semillas) de modo organizado y con un fin.

Materia y forma son principios intrínsecos a la cosa, hasta el punto que no se pueden separar. Causa eficiente y final son en cambio principios extrínsecos a la cos causada, la primera precediéndola, la segunda siguiéndola.

b) Ontología

“existe una ciencia que estudia el ser en cuanto ser y las propiedades que le corresponden en cuanto tal”, Afirma Aristóteles al comienzo del libro Gamma. La metafísica es, en este segundo significado, *ciencia del ser en cuanto ser.

La filosofía, para A., inicia con el estupor
pero después cae en la pretensión de haber entendido.
El resultado existencial es una tristeza última.

Analogía = uni-multiplicidad del ser

El ser, lo que es cada cosa, es al mismo tiempo uno (idéntico en las cosas diferentes) y múltiple (porque de todas maneras hay diversidad de cosas), es decir es análogo. Aristóteles afirma por tanto la analogía del ser.

Unidad del ser

En cuanto uno, el ser tiene leyes, principios a los cuales obedece: el principio de identidad, de no contradicción y del “tercero excluido”, por el cual imposible que la misma cosa sea y no sea (τò γàρ αὐτὸ ἅμα ὑπάρχειν τε καì μὴ ὑπάρχειν ὰδύνατον τῷ αυτῷ καì κατà τò αυτό G, 3, 1005b 19/20).

¿Cómo se demuestran tales principios supremos? No se pueden demostrar positivamente. Dice Aristóteles que es de locos preguntar por la demostración de todo: algunas cosas se demuestran por si mismas, son evidentes. Si se pretendiese demostrarlo todo se caería en un círculo vicioso: se demostraría A con B, B con C y así hasta la Z aquello que sería demostrado con A. Lo cual haría depender todo de una última no demostración. Por tanto los principios supremos son evidentes de forma inmediata.
Pero hay otra forma de demostración: por el absurdo. Mostrando que quien quisiese negarlos no podría ser coherente.

Quien quisiese negar los principios supremos debería ser como un tronco (ὃμοιος φυτῷ): en cualquier palabra o discurso que uno pronuncie busca dar un sentido preciso al discurso o a la palabra dicha. Nadie habla para decir una cosa y luego contradecirla o para decir infinidad de cosas. Esto sería así si el principio de contradicción no fuese verdadero. Lo cual demuestra que, de hecho, es imposible negarlo (G, cap. 4/6).

Multiplicidad del ser

Se dan cuatro significados fundamentales del ser:

los sentidos del ser

ser
[ideal] ("según lo verdadero o lo falso")
[real]
accidental, contingente (katà symbebekòs)
[necesario]
según potencia y acto (ser en sentido dinámico)
según las categorías (ser en sentido esrowuctural)

Especificaciones del ser

1. Ser según la verdad y la falsedad (to on os alethès): Es el ser en cuanto pensado: solo este ser puede ser falso; en efecto la falsedad existe solo en el juicio del sujeto que no se “adecua” a la objetividad de lo real. No existen “cosas falsas” sino pensamientos falsos. Esto significa que el ser en sentido propio y verdadero coincide con la verdad. Lo cual es muy cercano a decir que la realidad no engaña sino que es el sujeto humano el que coloca diafragmas a la verdad, el busca alterar aquello que de por sí sería recto y límpido.

El ser contingente, es decir lo concreto,
no tiene sentido: los rostros que amamos
se deshacen en pedazos para siempre en la nada

2. Ser accidental (contingente): Es el ser que es, pero podría no ser; y sin estar radicado en la radicalidad del ser; existe sin estar enraizado en la necesaria profundidad de las estructuras reales que constituyen la urdimbre de lo real. De hecho es accidental toda realidad particular y todo evento concreto. Solo son necesarias las estructuras inteligibles, la naturaleza específica y las leyes universales. Esto significa que para Aristóteles yo que escribo y tu que lees existimos por casualidad, y por casualidad nos ha sucedido en la vida lo que nos ha sucedido: el particular en cuanto tal no tiene sentido, es absurdo. Solamente tiene sentido el universal. Pero de esta manera, para Aristóteles, la vida concreta no es salvada.

3. El ser compuesto de potencia y acto. Con estos conceptos Aristóteles platea solución al problema de la contradictoriedad del devenir, la cual había sido visualizada por Parménides. Para este el devenir es el ser del no ser y el no ser del ser. Por eso el cambio se da no a partir del no ser absoluto sino a partir del no ser relativo que es el ser potencial que llega al ser actual. Esto no implica contradicción. Un ejemplo de ser potencial es la semilla con respecto a la planta que después nacerá: la semilla existe en acto de semilla y en potencia de planta.

4. El ser según las categorías. Es decir sustancia, cualidad, cantidad, tiempo, relación, obrar, padecer. Hay una distinción esencial entre la sustancia, que es la categoría principal, y los “accidentes”. Solo la sustancia es “subsistente”, mientras que los accidentes son “inherentes” a la sustancia pues son su determinación. No existe el verde en si mismo, sino el verde de una sustancia (por ejemplo de una planta), mientras que la planta existe en si misma, sin estar adherida, sin “apoyarse” en otro.

c) Usiología

Entre los varios tipos de ser la sustancia ocupa un puesto central. Sustancia es un ser que no está adherido a otro, pero que es sustrato de adhesión de otro (es decir de los accidentes). Las características de la sustancia son las siguientes:

  1. Unidad (la sustancia es un algo de uno: un guijarro es una sustancia, un montón de guijarros no)
  2. Determinación (debe ser un todo dé, debe poderse indicar concretamente)
  3. Independencia (precisamente en cuanto que la sustancia subsiste y no es inherente a…: Una camisa es sustancia, el azul no porque siempre es azul de algo por ejemplo de una camisa)
  4. Actualidad (debe ser algo actual, real: la semilla que ahora es una semilla, es una sustancia; la planta que puede llegar ser, al desarrollarse la semilla no es sustancia mientras que la semilla permanezca como semilla.

Con base en lo anterior se pude decir que la sustancia:
No es la sola materia pues esta no es actual, ni determinada, ni independiente; tampoco, bajo ningún aspecto, es la pura forma pues, aunque en las sustancias corpóreas es determinada, una y actual, no es independiente. Es la unión de materia y forma: esta es la verdadera sustancia que constituye el mundo físico conocido de manera inmediata por nosotros.

d) Teología

Entre la diferentes sustancia un puesto principal lo ocupa la sustancia primera, el Motor Inmóvil, que aun siendo invisible y espiritual, puede ser afirmado a partir devenir que constatamos en el mundo físico.
El Motor Inmóvil, suprema perfección de la realidad, es eternamente feliz en la contemplación de si mismo, pero no conoce nada fuera de sí (= no es creador del mundo, no providente: es el mundo el que se encamina hacia él, como hacia su Fin).

Física

  • El mundo sensible es cambiante y está hecho de sustancias compuestas de materia y forma.
  • Su devenir se da, necesariamente, a partir de las causas y puede ser de diversos tipos (local, cualitativo, cuantitativo, sustancial).
  • Las sustancias corpóreas están en un espacio finito, mientras que llegan a colocarse en el tiempo que es infinito (= el mundo es eterno)

Ética

  • Todo el obrar del hombre es con miras a un fin, y los fines particulares están subordinados al fin último;
  • en efecto, todos los hombres tienen diversos fines últimos (el dinero, el placer, el éxito, etc.), pero esto no quita que el verdadero fin último, el que es conforme a la naturaleza humana, sea solo uno;
  • tal fin no puede ser el placer el placer (algo común con los animales), ni la riqueza (que es instrumento-para), ni el éxito o la gloria, que son algo exterior al hombre; la realización del hombre, aquello que nos caracteriza como hombres y al mismo tiempo la más perfecta participación posible en la vida del Motor Inmóvil es la contemplación de la verdad inteligible.
  • De hecho solo pocos hombres pueden alcanzar tal fin último.
  • Todos en cambio pueden cultivar la virtud, las cuales son el justo medio entre dos extremos (por ejemplo el coraje es el justo medio entre la cobardía y la temeridad)

Política

Las tesis fundamentales de la filosofía política de Aristóteles son las siguientes:

  • El hombre es un ser social por naturaleza.
  • La mejor forma de organización social es la basada en el “justo medio”: una “polis” ni muy grande ni muy pequeña, no debe ser gobernada ni por una oligarquía demasiado restringida ni tampoco por la masa del pueblo inclinada a dejarse condicionar por las emociones;
  • Existen diferencias cualitativas entre los seres humanos: los libres son superiores a los esclavos, los griegos a los bárbaros, los hombre a las mujeres y a los hijos.

Para un juicio

En el siguiente cuadro enumeramos a la izquierda los méritos notables que tiene Aristóteles, mientras que a la derecha enumeramos sus límites:

aspectos positivos y negativos de la filosofía de Aristóteles
El reconocimiento que la realidad es estructuralmente inteligible y ordenada (tesis común a toda la cultura griega, pero explicitada por el con insuperable sistematicidad); este orden queda limitado al nivel de universal necesario, dejando lo contingente y lo particular, es decir el ámbito de la vida concreta, carente de un significado adecuado.
El realismo: la conciencia humana está abierta a la realidad y puede conocer con certeza las verdades estables y universales; el conociendo que le interesa es el de los universales, y esto deja una especie de vacío insatisfecho en el sujeto concreto.
La tesis que el conocimiento inicia con la sensación (lo cual evita el replegarse espiritualista en una interioridad subjetiva, como si fuese un aljibe de contenido innatos) pero que se despliega hasta un nivel universal (evitando así la reducción empirista, proclamada por los sofistas de su tiempo y retomada luego de Aristóteles por los epicúreos y los estoicos); no se llega hasta las últimas consecuencias en la valorización ni de la sensación (que tiene que ver con el insignificante ser contingente), ni de la inteligencia, que es separada (como si se decapitara) de su vértice: la búsqueda infatigable del Significado infinito de todo.
El reconocimiento de la existencia de una realidad no visible, divina, mas real que el mismo mundo físico; este divino no es un Tu, no es un Misterio infinito, omnipotente y creador, a quien se puede rezar, sino que es un “Motor Inmóvil” replegado de forma narcisista sobre sí mismo.
Una antropología que da lugar a un nivel espiritual que establece una distinción entre el hombre y el mundo animal; sin embargo no reconoce el factor de la libertad, se limita al factor intelectivo como el factor característico del hombre: de esta manera no enfoca el concepto de persona.
La tesis según la cual el hombre no se realiza con los placeres, el éxito o la riqueza sino cultivando el nivel espiritual que lo caracteriza; la contemplación, tal como la entiende el, corre el riesgo de quedarse como un pasatiempo, una droga intelectual (entre otras cosas solo para ricos afortunados), que ni resuelve ni afronta el drama de la muerte.
La idea de la connaturalidad de la sociedad y el primado de un régimen político moderado y “racional”; pero el “justo medio” que el propone, puede ser fácilmente entendido como un compromiso acomodaticio.

Textos

De Aristóteles
- El fin último del hombre (en italiano)
- El asombro, comienzo del filosofar (en italiano)

Sobre Aristóteles
- En Catholic Encyclopedia on line (en inglés)
- Entrevista sobre Aristóteles teórico EMSF (con Gabriele Giannantoni, Andreas Kamp, Wolfgang Kullmann, Emilio Lledo') (en italiano)
- Entrevista sobre el Aristóteles ético EMSF (con Pierre Aubenque, Paul Ricoeur, Mario Vegetti) (en italiano)

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