autor: | Blaise Pascal (1623 -1662) |
fuente: | El corazón y la razón |
253 Dos excesos: Excluir la razón, no admitir sino la razón.
267 El último paso de la razón es reconocer que hay una infinidad de cosas que la sobrepasan: solo es débil sino llega a reconocer esto. Y si las cosas más naturales la sobrepasan ¿qué se dirá de las sobrenaturales?
268 Sumisión. Es preciso saber dudar donde hace falta, afirmar donde hace falta, sometiéndose donde hace falta. Quien no lo hace así no entiende la fuerza de la razón. Hay algunos que faltan contra estos tres principios, o afirmándolo todo como demostrable, por falta de ser hábil en demostraciones; o dudando de todo, por falta de saber donde es necesario juzgar.
269 Sumisión es uso de la razón, y de ello consiste el verdadero cristianismo.
270 San Agustín. La razón no se sometería jamás sino considerarse en que hay ocasiones en que debe someterse. Es pues justo que se someta cuando juzga que debe someterse.
272 No hay nada más conforme a la razón que esta desautorización de la razón.
273 Si todo se somete a la razón, nuestra religión no tendrá nada misterioso ni sobrenatural, si se choca con los principios de la razón, nuestra religión será absurda y ridícula.
274 Todo nuestro razonamiento se reduce a ceder al sentimiento. Pero la fantasía es parecida y contraria al sentimiento, de suerte que no sepueda distinguir entre estos contrarios. Uno dice que mi sentimiento es fantasía, el otro que su fantasía es sentimiento. Sería necesario tener una regla. Se ofrece la razón, pero esta es inclinable en todos sus sentidos, y así no hay ninguna.
275 Los hombres con frecuencia toman su imaginación como su corazón y creen estar convertidos desde que piensan en convertirse.
277 El corazón tiene razones que la razón que no conoce; se sabe en mil cosas. Yo digo que el corazón ama al ser universal naturalmente, según se entregue a ello; y se endurase contra el uno o el otro, a elección. Habéis rechazado uno y conservado otro: ¿os amáis por razón? ¡Qué distancia hay del conocimiento de Dios a amarlo!
281 Corazón, instintos, principios.
282 Conocemos la verdad, no sólo por la razón, si no también por el corazón. De esta última manera conocemos los primeros principios, y es en vano que el razonamiento que no tiene parte en ellos, trate de combatirlo.