Conocer para comunicar
autor: Alberto Contri
Presidente de la Fundación Publicidad Progreso (Italia)
Gabriella Mangiarotti
Docente de Sociología de Procesos Culturales y Delegada del Rectorado para la Orientación en la Universidad Iulm de Milán
Susan Pointer
Google Director of Public Policy and Government Relations for Europe, Middle East and Africa
Roberto Arditti (moderador)
Director de Il Tempo
fecha: 2009-08-23
fuente: Conoscere per comunicare
acontecimiento: Meeting per l’amicizia tra i popoli: "La conoscenza è sempre un avvenimento", Rimini, Italia
(Meeting para la amistad entre los pueblos: "Conocer siempre es un acontecimiento")
traducción: Carmína Vasquez

ROBERTO ARDITTI:
Señoras y señores, buenas tardes a todos, gracias por estar acá. Tenemos un debate, espero interesante, sobre un tema muy central cuanto difícil de enfocar, porque puede ser narrado y desarrollado en nuestra conversación de esta noche de modo muy concreto y serio, pero también de modo un poco evanescente. Trataremos de no correr este peligro, que está siempre al acecho cuando se habla de comunicación. "Conocer para comunicar" es el título de nuestro encuentro de esta noche. Tenemos tres huéspedes muy importantes, que les presentaré detalladamente en el momento en que escucharemos su discurso introductor. Son en todo caso Susan Pointer, Gabriella Mangiarotti y Alberto Contri, que tendrá la primera intervención de nuestra noche. La duración de nuestro debate está prevista para alrededor de una hora, sesenta minutos: y trataremos de respetar, minuto más minuto menos, este tiempo que se nos da, y también de hacer de modo que haya espacio para alguna pregunta o reflexión de parte de ustedes. Sé que los amigos y las amigas que están en la mesa conmigo tienen reflexiones importantes para presentarles y también material visual, pero harán en todo caso un esfuerzo de síntesis en su exposición. Sólo ocupo un breve espacio al inicio de nuestra discusión para proponer una palabra que según yo necesita ahondamiento y reflexión. Yo, que de profesión hago el periodista, digo que necesitamos dar gran atención a una palabra, memoria. El futuro está dentro de nosotros, el futuro está en torno a nosotros, pero en este futuro nos tenemos que encaminar sin perder de vista lo que hay a nuestra espalda, sobre todo intentando llevar al futuro una cuota relevante de aquello que realmente ha estado. Porque, si hay un peligro en el gran juguete de la comunicación moderna, es perder de vista con extrema facilidad lo verosímil, lo verdadero, las opiniones tal como han sido expresadas de verdad. Todo es muy veloz, todo es muy complicado, todo está muy rápidamente sujeto a ser degradado y no asimilado de modo sólido. Corremos por lo tanto el riesgo de ver desvanecerse la memoria. Sólo una rápida referencia y luego cedo a Alberto Contri la palabra. Estamos estudiando con algunos amigos y amigas, profesionales de nuestro sector, este tema. Hay grandes acontecimientos en la historia de todos los países, pienso en Italia porque hoy estamos en Italia para hablar de ello. Piensen en los grandes eventos que han cambiado la historia de nuestro país, también de modo doloroso. Piensen en la tragedia del Vajont que ya está lejana muchas décadas. ¿Quién ha ido alguna vez a preguntarle al comandante de la estación de los guardias civiles de uno de los países interesados por aquel hecho qué sucedió aquella noche? Probablemente nadie. De aquel patrimonio de recuerdos, de experiencias, de dolor, de intervenciones, de aquellos minutos - si no vamos a preguntar nosotros, pero probablemente para el Vajont ya es tarde – ya nadie preguntará nada. Porque nosotros conocemos respecto muchos hechos las opiniones de las personas importantes, las que van en televisión o en la web, pero no conocemos y no recordamos una marea de opiniones y detalles que nadie se apresura de ir a preguntar a las personas que en cambio los tienen adentro. Pues, la modernidad de la comunicación, con la increíble potencia de medios que nos pone a disposición, probablemente nos permite hacer lo que ha sido sustancialmente imposible en la antigüedad. Nosotros conservamos memoria de aquéllos que eran importantes en la antigüedad y además pocos, porque no había instrumentos para recoger aquellas memorias. Ahora bien, hoy tenemos instrumentos de una potencia inimaginable solamente hace pocos años. Pues, la palabra que me permito sugerir a nuestros acreditados relatores en su razonar respecto al futuro es una palabra que – paradójicamente, pero después de todo no tanto - en cambio pertenece al pasado o en todo caso mira al pasado. Es la palabra memoria.
Empieza nuestro encuentro Alberto Contri, que tengo el placer de presentarles con una pequeña biografía insertada en la documentación. La leo tal como está escrita, porque es oportuno conocer quién está a punto de hablarles. Pionero en el campo de multimedialidad interactiva, tiene en los hombros una carrera como creativo y top manager en grandes multinacionales de la comunicación. Ha sido presidente de la asociación italiana agencias de publicidad, único italiano a ser llevado en el confine de aquella europea, luego miembro del Consejo de administración de la RAI y gerente de RAINET. Hoy es presidente de la fundación Publicidad Progreso y - lo dice la biografía y yo con placer la cito - Gran Oficial al mérito de la República italiana. Alberto Contri es el primer relator de este encuentro y también tiene diapositivas. A él el micrófono.

ALBERTO CONTRI:
Gracias, Arditti. Aprovecho para entrar in medias res de este concepto de memoria que me gusta muchísimo. Yo hablo hoy en calidad de presidente de Publicidad Progreso, que ha sido fundada como asociación en 1971 y en 2004 ha sido transformada en Fundación, extendiendo sus deberes a la realización de campañas sociales para la promoción de una mayor cultura de la comunicación social. Este trabajo está hecho a través de cursos de formación para entes no profit e instituciones, con la Conferencia Internacional de la Comunicación Social, que este año prevé siete meses de eventos en toda Italia, y con la mediateca on-line que contiene las más significativas campañas sociales del mundo. Conocer para comunicar: el título de este encuentro expresa muy bien el sentido del trabajo de la fundación, en perfecta sintonía con el tema del Meeting: quien estuviera interesado puede visitar aquí la muestra sobre los cuarenta años de historia de Publicidad Progreso o bien el sitio www.pubblicitaprogresso.org.
Mostrándoles algunas campañas extraídas de nuestra mediateca, tocaré cuatro temas. El primero concierne a la responsabilidad social de las empresas de los medios de comunicación: ahora más que nunca se habla hasta el aburrimiento del CSR (Responsabilidad Social Corporativa) para empresas que producen quesos o automóviles, pero se evita esmeradamente hacerlo para las empresas de los medios de comunicación, que producen en cambio efectos clamorosos sobre la educación total y sobre la percepción de los valores.
[Han sido cortados los comentarios a las diapositivas mostradas en la intervención, ndr]
[…]
La moral: Tv e Internet constituyen la más grande revolución mediática de este siglo. Si la familia y los profesionales de los medios de comunicación se apartan de sus tareas educativas, el sistema de valores que mantiene civil una sociedad se rompe… y los resultados ya los vemos.

El problema del ambiente, en particular acerca del tema del agua, más allá de las ideologías verdes, está poniéndose crucial. Muchos pronósticos prevén que las próximas guerras ya no serán por el petróleo sino por el agua. Como ejemplo, citamos un fuerte contencioso entre Canadá y Estados Unidos por el agua de un río de confín que el Canadá querría usar para los campos de trigo y los Estados Unidos para refinar el petróleo.
[…]

Años de campañas de advocacy sobre el ambiente (así se llaman las campañas sobre temas controvertidos) han influenciado significativamente las campañas comerciales: ha nacido lo que se llama green marketing, para vender servicios o productos haciendo palanca sobre temáticas ambientalista.
[…]

Se hablaba de la ironía. Solamente algún sedicente creativo local - aprovechando el difuso provincialismo que todavía vale en nuestro país sobre estos temas - afirma que sólo las campañas chocantes quedan grabadas. No es para nada verdad, casi siempre provocan un mecanismo de eliminación, mientras que él se coge ciertamente un montón de artículos en los periódicos. Vemos por lo tanto algunos ejemplos internacionales en los que se usa también la ironía para temáticas duras y difíciles de afrontar.
[…]

ROBERTO ARDITTI:
Gracias de veras a Alberto Contri. La segunda intervención, que es aquella de Susan Pointer, además de contarnos las cosas que escucharemos en los próximos minutos, nos habla en nombre de uno de los protagonistas absolutos del argumento de nuestra discusión de esta noche. Porque Susan Pointer es director para el Public Policy and Government Relations for Europe, Middle East and Africa de Google, por lo tanto uno de los player realmente centrales, más allá del rol de business que Google reviste, en la construcción del saber, del conocimiento y de la difusión de las informaciones en nuestro tiempo. Antes de este cargo, Susan Pointer ha trabajado por seis años como director de Amazon en Bruselas, pero también ha prestado servicio en el Parlamento europeo en Bruselas y en el Parlamento inglés.

SUSAN POINTER:
Muchísimas gracias, querría ante todo pedir disculpas por el hecho de expresarme en inglés. Sé que el tiempo corre veloz por lo que trataré de ser lo más rápida posible. Hablemos del tema principal, la comunicación. Sabemos que el conocimiento siempre es un acontecimiento: si observamos la energía que corre fuera de esta sala, de veras veríamos que la comunicación encierra una gran energía que nosotros hoy querríamos coger. Hablamos de Google, conocido como motor de búsqueda - quizás no saben que Google ha sido creado por dos chicos en un estudiantado, volvemos a 1996 -, conocido por sus extraordinarios resultados y sobre todo porque permite tener un acceso ilimitado a los usuarios en todo el mundo. Además, hay productos muy famosos como gmail, como los calendarios y otros utilities de Internet. Yo soy responsable de las políticas de Google pero la cosa más importante es que yo misma soy una ciudadana, una consumidora, una investigadora, una coleccionista, una fotógrafa, una lectora, una trabajadora, una viajera, una turista, una persona que vota, además de creadora de contenido y usuaria de servicios públicos. Mi vida ha sido completamente revolucionada por la llegada de Internet y en mi experiencia tengo que decir que este cambio es absolutamente positivo. En los últimos días he enviado y recibido e-mail, he reservado también vuelos por Internet y también he descubierto un antepasado buscando en algunos archivos familiares, también he establecido contactos con una tía en Australia y que no veía desde hace mucho tiempo y luego he pagado las cuentas de mi tarjeta de crédito, he buscado datos para esta presentación y, también mientras estaba en vuelo, he logrado hacer investigaciones y trabajos en Internet. De veras el ordenador hace parte de mi vida: en todo sitio vemos a personas que utilizan el ordenador, en las estaciones, en los aeropuertos, en los trenes. Se pueden usar también, a través de dispositivos móviles, en los taxis y en cualquier lugar, también aquí. Internet me permite conectarme no sólo a tantas informaciones sino también a las personas, en un modo de veras nuevísimo. Sobre todo me permite aumentar mis conocimientos y mi conciencia, mi comprensión global: por tanto, ya no existen más excusas para no saber o no conocer, no hay más justificaciones. Me he vuelto quizás también más consciente de la desmedida cantidad de cosas que no conozco de veras. Esta tecnología ha creado un verdadero big bang comunicativo, tenemos una disponibilidad cada vez más veloz de acceso a Internet y eso ha cambiado intensamente la sociedad, ha entrado en nuestra vida cotidiana, profesional y privada, tenemos un enfoque nuevo del modo en que vivimos, trabajamos, accedemos a las informaciones, compartimos opiniones y comunicaciones. Digamos que hemos pasado del estado en que Internet era útil al estado en que, ahora, Internet es indispensable. 1,6 mil millones de personas en todo el mundo tienen acceso a Internet: representan casi el 24% de la población mundial. El año pasado, el 64% de la población de la UE ha declarado de utilizar Internet: el 72% se coloca en la fase de los 25 a los 54 años, pero también vemos un 34% en la fase de los 55 a los 70 años. Siempre el año pasado, el 43% de la población de la UE ha utilizado casi diariamente Internet. Además, Internet está convirtiéndose en una solución multidispositivo prácticamente ubicua y global. Hemos pasado de cero abonados, por así decir, en los años Ochenta, a un porcentaje de abonados del 61% al final del año pasado. Por cuanto concierne al empleo de dispositivos móviles que tienen Internet, vemos que la difusión de esta tecnología es mucho más rápida también de la que ha sido la difusión de la vacuna antipolio. Se trata de un fenómeno global que es realmente difundido: también en los países en desarrollo, están aumentando las autopistas informáticas, cada vez más veloces para multiplicar la posibilidad de acceso de la población. Pero querría volver al tema central de esta reunión que es el conocimiento. No sé en realidad si Internet sea favorable a la comunicación o la comunicación sea favorable a Internet: Indudablemente Internet nos da la libertad de informar y ser informados. Hay dos elementos centrales que entran en juego, comunicación y conocimiento. Pero añadiría un tercer elemento que es la responsabilidad, ya que la libertad de acceso también genera la responsabilidad, es decir, la conciencia. Empezamos por el tema del acceso a la comunicación y al conocimiento: las barreras para acceder a las informaciones han sido reducidas al mínimo, si no hasta eliminadas. También la ubicación geográfica ya no es un obstáculo: se puede comunicar sin límites de distancias. También desde el punto de vista lingüístico, las barreras han sido reducidas enormemente. Tenemos instrumentos de traducción automática, hay una reducción de las limitaciones en términos de costos, además de capacidad de memorización, de tiempo necesario para efectuar las varias operaciones. Todo es cada vez más cómodo, práctico y veloz. Esencialmente, vemos una democratización del acceso a las informaciones, una posibilidad de acceso ilimitado a cualquier información de carácter médico, cultural, académico, histórico: todo está al alcance de un clic. Se pueden hacer verdaderamente viajes en el tiempo, se pueden visitar sitios arqueológicos. Y también hay informaciones prácticas que conciernen a las calles, los recorridos, los itinerarios, el tiempo meteorológico. Se pueden encontrar informaciones religiosas: he estado muy sorprendida y contenta de encontrar al Vaticano en Youtube. Hay informaciones de carácter civil, musical, de entretenimiento: es el usuario que elige qué cosa buscar y qué cosa consultar. Además estas informaciones se han puesto interactivas: la web se ha convertido en un instrumento participado, y aquí entra en juego la comunicación. El web 2.0 es mucho más que una simple lista: muchas personas siguen usando sencillamente Internet para acceder a las informaciones o para comunicarlas, pero siempre hay una mayor difusión de Internet en cuanto plataforma que puede servir para mercados, ventas en subasta. Existe Facebook, los usuarios son capaces hasta de crear contenidos y no sencillamente de leerlos o de verlos. Estamos empezando a ver el poder increíble de Internet, por ejemplo para sustentar los derechos fundamentales del hombre y la libertad de expresión. Internet puede ser un verdadero faro sobre la transparencia y sobre la responsabilidad, puede permitir mejorar una comunicación entre los electores y el mundo político: también Obama ha utilizado las plataformas online para enlazarse en dos sentidos con los electores. El Primer Ministro del Reino Unido, Gordon Brown, utiliza un medio para comunicar con los ciudadanos: "Pregunten al Primer Ministro", está el periodismo de los ciudadanos que ha emergido en el período post electoral en Irán, Birmania, Tíbet, China. Las personas se han convertido en verdaderos testigos electrónicos de eventos y están utilizando cada vez más estas plataformas para comunicar e intercambiar opiniones con otros. Pero hay un punto muy importante, no debemos dar por descontado lo que ha hecho de Internet lo que es, porque hay motivos precisos por el que Internet se ha convertido en lo que es, tenemos que ser conscientes, respetar estos elementos y conservarlos. Hemos hablado del rol de Internet en la historia, pero tenemos que garantizar también el futuro. Algunas de las características que están presentes en Internet son ante todo el libre acceso, la calidad del acceso, el acceso no controlado, la posibilidad de enlazarse de un extremo al otro por lo cual el contenido puede alcanzar enseguida a otros usuarios. Las plataformas Internet son un medio neutral de transmisión de las informaciones, la transmisión no tiene nada que ver con el contenido que es transmitido. El uso es decidido por los usuarios que deciden lo que quieren ver y a cuáles informaciones quieren acceder: no se trata pero del Far West salvaje e incontrolado, ahora entra en juego la responsabilidad, el concepto de ley. Ciudadanía y responsabilidad no desaparecen, no perdamos el sentido de lo que es justo o equivocado simplemente porque estamos utilizando el ordenador. Como ocurre en la vida real, hay leyes y reglas que respetar, hay términos y condiciones, hay orientaciones para la comunidad.

La aplicación de la ley y la tecnología sirven para empeñar a toda la comunidad en el respeto y en la aplicación de las reglas. Esto es muy importante sobre todo para las plataformas: una plataforma que les permite a los usuarios en Irán enviar informaciones a tiempo real, por ejemplo, nos permite tener una enorme inmediatez. La responsabilidad no es solamente de naturaleza personal, toda la sociedad tiene que desarrollar la propia tarea: padres, educadores, consultores religiosos, empresas, institutos e instituciones, gobiernos y comunidad, sobre todo allá donde están implicados jóvenes y niños, por ejemplo en Youtube. Youtube tiene que respetar las leyes internacionales, aquellas europeas y aquellas italianas, pero también hay una serie de orientaciones para la comunidad que establecen lo que es justo y equivocado, lo que es aceptable y lo que no lo es. Estas reglas son aplicadas concordándose a las que son las leyes y también las normas europeas, pero recurrimos a nuestros usuarios para que nos ayuden a aplicar estas orientaciones. La tecnología nos permite utilizar instrumentos que permiten a los usuarios enviar y transmitir informaciones, y eso tiene que ser hecho de manera rápida, pero también en el respeto de las leyes. Como he dicho, la plataforma es completamente neutral, son los usuarios, que mandan contenidos por la posta electrónica, quienes se asumen la responsabilidad de los contenidos mismos, los usuarios que toman el teléfono tienen la responsabilidad de las palabras que transmiten, nosotros tenemos una tarea, aquella de educar, instruir y también ofrecer apoyo. Vamos a las conclusiones. Hay mucho que puede entusiasmarnos sobre Internet: un acceso a los contenidos que no tiene precedentes, la habilidad de intercambiar contenidos. Tenemos que gozar de esta libertad pero con responsabilidad. Las aperturas y el acceso a las informaciones también comportan una responsabilidad que es individual y al mismo tiempo colectiva. Eso nos permite defender Internet en el futuro y preservarlo tal como es. El conocimiento en línea, online, sí, ciertamente; la comunicación online ¡cómo no! Pero tenemos también que saber qué cosa comunicamos y actuar de manera responsable. Tenemos un rol muy importante que desarrollar. Gracias.

ROBERTO ARDITTI:
Gracias a Susan Pointer. Concluimos nuestro ciclo de tres intervenciones con Gabriella Mangiarotti, luego vemos si logramos tener algún minuto para alguna pregunta del público. Casada con tres hijos, nacida en la provincia de Pavía - lo digo con satisfacción, como Lodigiano, somos primos de provincia -, preside desde 2003 el curso de licenciatura especializada en gestión y programación de servicios sociales de la Universidad de Molise. En la Universidad Católica Gabriela ha estudiado en Milán, se ha especializado en sociología, ha promovido la actividad de la asociación onlus La voz del niño, de la que es presidente, y ha coordinado los trabajos del comité científico del proyecto Niño urbano de la Municipalidad de Milán, desde 1997 a 2001. Ha trabajado en la comisión para menores del ministerio de Asuntos sociales y en aquella de la Región Lombardía, para la elaboración de las líneas-guías, los criterios para la acreditación de las comunidades para menores. Ha publicado muchos libros que veremos, Gabriela Mangiarotti, a ella el micrófono.

GABRIELLA MANGIAROTTI:
Han olvidado la cosa más importante, que soy profesora al IULM de Milán.

ROBERTO ARDITTI:
¡No está escrito acá!

GABRIELLA MANGIAROTTI:
Quizás sea un defecto de memoria, pero en fin…. Yo estoy muy conmovida y emocionada por estar aquí, en el Meeting, en el trigésimo año de este evento extraordinario. Creo haber visto el primer Meeting hace treinta años, y eso me hace particularmente agradecida por estar aquí esta tarde. Agradezco al Meeting, al presidente, la dirección, la secretaría, porque indudablemente sin ellos este evento que dura desde hace treinta años no existiría. La segunda cosa que quiero decir es que yo les hablaré esta noche a partir de mi experiencia. Yo soy una profesora, siento que el currículo presentado no sea del todo adecuado, pero soy profesora en la universidad IULM de Milán, que es la universidad de la comunicación por excelencia. Pero no quiero hacerles una clase, no teman, sobre todo a esta hora. Me he preguntado sobre este tema que el Meeting nos ha confiado, conocer para comunicar, y he tratado de hacer algunas reflexiones sobre todo partiendo de mi experiencia. Hay un comentario en las intervenciones que me han precedido, que es bien resumido en esta frase que les leo. Luego les pido que intenten adivinar de quién es esta frase: "El deseo de conexión, el instinto de comunicación que son tan excluidos en la cultura contemporánea, no son en verdad más que manifestaciones modernas de la fundamental, constante propensión de los seres humanos a ir más allá de ellos mismos, para entrar en relación con los otros. En realidad, cuando nos abrimos a los otros, nosotros llevamos a cabo nuestras necesidades más profundas y nos volvemos plenamente más humanos". Un premio a quien adivina el autor de esta frase. Muy bien, es justo Benedicto XVI, en el mensaje por el 43simo Día de las comunicaciones sociales. Me parece que resuma muy bien el comentario sobre las intervenciones que me han precedido. ¿Por qué? Porque la comunicación, que hace parte del vivir, a menudo es dada por descontada, mientras el conocimiento, en nuestro imaginario, en nuestro léxico, pertenece a algo más áulico y más laborioso. En realidad, ésta es una de las primeras reflexiones sobre este tema, hay una doble valencia: el conocimiento solicita la comunicación y la comunicación solicita el conocimiento. En otras palabras, el conocimiento sin comunicación es estéril y la comunicación sin conocimiento hace ruido y no hace historia. Aquí se podría profundizar mucho sobre los varios tipos de comunicación, pero es una reflexión que les dejo para llevar a casa. Hay otra observación: entre el conocimiento y la comunicación hay una estrecha relación que tiene que ver con la vida, con lo que es justo de lo humano. Hay muchas teorías de la comunicación, la más conocida y más famosa es la pragmática que dice: no se puede no comunicar. Pero nosotros tenemos que añadir que no se puede no conocer, ¿por qué? Porque el conocimiento es esta tensión originaria del hombre. ¿Hacia qué cosa? Tensión hacia lo real, por lo cual una pregunta, busca, desea conocer. Pensando en los niños, nos es mucho más fácil entender esta tensión: los niños, continuamente preguntan ¿por qué?, ¿qué cosa es? Tengamos presente pero algunos pequeños detalles. Mientras hacen partir el esquema en power point que les he preparado para ayudarlos a captar el hilo de las observaciones que hago, les diré que hay dos aspectos sobre los que hace falta reflexionar. El conocimiento puede ocurrir en dos modos, de modo directo - encuentro una persona de Publicidad y Progreso y la conozco - y de modo indirecto. Sobre esto nosotros no reflexionamos mucho, más bien, sobre todo en campo científico el conocimiento indirecto o por testigo a menudo ha sido desacreditado, considerado como un conocimiento de segundo orden. En realidad, más crecen los saberes, menos es posible comunicarlos y transmitirlos sin los testigos. También en el campo de las tecnologías, más se afinan, menos pueden ser las ocasiones de conocimiento directo: pensamos hoy en toda la transformación comunicativa de la que hemos tenido una ejemplificación muy interesante. Justo aquí, para mí, está el problema y el drama del hombre contemporáneo. Éstas son breves reflexiones que les querría proponer, sin teorizar pero para reflexionar sobre mi experiencia. Algún año estuve indignada, porque sabemos todos como el degrado de las instituciones escolares haya llevado una cierta difusa ignorancia, y entonces los profesores como yo, que tienen un poco de años, dicen: ¡pero en fin, estos chicos ya no saben nada! A mí que, indignada, enumeraba los detalles de la ignorancia siempre mayor de los estudiantes universitarios, una colega me dijo: resiste e insiste, porque cuando se les abre el cerebro es un bonito día y una verdadera satisfacción. No podía más que convenir con ella. Efectivamente, reflexionando en estos años y rememorando, no puedo olvidar algunos ejemplos de esta historia: por ejemplo, la exclamación de un estudiante de Ciencias políticas (me gusta ver aquí a uno de ellos, esta noche) que, después de una lección sobre la sociedad de consumo en que había descrito las teorías sociológicas - yo enseño sociología, pero también había subrayado aquel detalle de Baudrillard que normalmente es descuidado, según el cual el aspecto preocupante de la sociedad de consumo es la censura del significado, y me prodigué en los detalles de este cuadro bastante inquietante -, me dijo: ¡pero si es así, es justo deprimente! Aquella exclamación también fue para mí un acontecimiento, porque me hizo entender que hacía falta ir más allá del análisis de la sociedad, si no quería acabar en lo deprimente. Tal como no puedo olvidar a aquel otro estudiante, de apariencia no particularmente brillante que, habiendo elegido llevar al examen aquella parte de antropología, El sentido religioso de Luigi Giussani, no sólo lo expuso con una precisión admirable sino me dijo que él, siendo no creyente, no había leído nunca un libro tan claro e interesante sobre el hombre y sobre la razón. ¿Pero cometería un error si no citara a la estudiante que, a la pregunta sobre qué habría modificado del recorrido de estudio propuesto para el examen, me contestó que iría más a fondo sobre los presupuestos filosóficos y antropológicos, porque "¡Aquellos sí que son interesantes! Mientras – lo siento por Alberto Contri - la publicidad la estudiamos en todas las salsas". ¿Qué me hace pensar este excursus en mi historia? Me hace pensar que: el conocimiento, he aquí qué cosa busca el hombre, he aquí que cosa piden las nuevas generaciones. No nociones o teorías preconfeccionadas sino conocimiento de sí mismos y de la realidad a través de la comunicación de un saber interesante, convalidado por un testigo apasionado por aquel particular de la realidad, tanto de hacerlo fascinante y vivo en el hoy. Pienso en ciertas enseñanzas como la arqueología, que con el hoy no tienen nada que ver, si no por un espacio físico, pero tienen que ver con un significado sumamente relevante si el testigo es capaz de evidenciar esta relevancia. La pasividad del estudiante de cual yo me quejaba con la colega, esta pasividad en el almacenar las nociones propuestas (y me confirmaban que en el fondo éste es un poco el estilo difuso), incomprensible para una generación como la mía, que ha hecho el 1968 y por lo tanto un poco de protesta la ha hecho, esta pasividad parece una forma de mutación antropológica. ¡Basta, hoy los chicos no aprenden, no se puede! Se puede liquidar el problema con una sentencia: ha desaparecido la criticidad. Se puede hacer, muchos lo hacen. ¿En realidad, mí ya larga experiencia de docencia me dice que esta pasividad es una forma de defensa, ¿con respecto a qué cosa? Con respecto a un saber que no tiene sabor. El juego de palabras es necesario. Un saber que no solicita la vida sino representa la pena que hay que pagar para entrar en el mundo de los adultos, en el mundo del trabajo, para tener una licenciatura o más banalmente un trozo de papel. La explosión de la tecnología, de la telemática, de la informática, no ha erosionado de un milímetro la exigencia de conocer a través de un testigo. Un testigo que desafíe la criticidad y haga fascinadora la aventura del conocimiento. Hemos pensado - y aquí hago mea culpa por toda la clase docente a la que pertenezco - que, de una parte, el saber más alto fuese aquel rimbombante, áulico y aséptico de las teorías y de los modelos: más abstrusos eran y más importantes podían ser considerados. Hemos perdido de vista algunos detalles de la historia: que ha hecho más escuela una Divina Comedia, con sus versos aprendidos de memoria que se han vuelto verdaderos eslóganes de sabiduría. Se puede elegir en la amplia gama: "Vuolsi así colà dove si puote ció che si vuole" (Se quiso allá donde se puede lo que se quiere), o bien: "como sabe a sal el pan ajeno". En fin, banalizo forzadamente, cuatro rimas y un poco de catecismo en vez de tantos trombones académicos que, como decía Goffman, veían o ven en la extensión de las plateas el perímetro de su ego. Por otra parte nos hemos amparado tras la especialidad más exasperada, pero a menudo ineficaz. Pienso por ejemplo en un campo particular como aquel de la ciencia médica, donde si tú vas al oculista por un problema, él no piensa que quizás hay algún problema general, olvidando que el auténtico saber unifica, no aplasta. Los jóvenes ya no están al juego, han entendido la lección desde la pragmática de la comunicación: la máxima defensa respecto al enemigo no es combatirlo sino ignorarlo, escotomizarlo. ¿Cómo se podría explicar justo sociológicamente, es decir a partir de mi disciplina, la explosión de un fenómeno juvenil como la asociación Centocanti, que registra el entusiasmo de millares de jóvenes por las rimas dantescas, ¿justo mientras Dante había sido casi exiliado de los programas escolares? No estoy hablando de las conferencias elitistas que se hacen en Santa. María de las Gracias en Milán, estoy hablando de jóvenes estudiantes, de interlocutores de nuestro trabajo.
Hay un detalle de historia personal que me hace sonreír, que quiero compartir con ustedes: la ironía de la suerte quiso que justo el día de un importante congreso sobre los jóvenes en Milán, que yo había promovido y organizado, estos Centocanti se desencadenaran por la ciudad de Milán, con un éxito indudablemente mayor del congreso. Y yo no pude hacer otra cosa que alegrarme por eso, porque si la pasión por el conocimiento prevalece sobre la lógica de conventículos e pequeños intereses, la evidencia de la realidad se impone, porque da mucha más satisfacción ver crecer hombres en su personal, irreducible originalidad, que dominar con la misma ciencia masas de estudiantes que se turnan en las aulas. El inolvidable colega me lo decía. Porque el conocimiento es algo más que el aprendizaje, en el que se certifica normalmente la evaluación escolar. ¿Qué podemos hacer en los exámenes? Evaluar poco o mucho aprendizaje. El conocimiento es un evento para quien comunica y para quien escucha. La circularidad de la comunicación no es sólo un detalle funcional, es aquel dinamismo entre un yo y un tú tendientes al descubrimiento del significado de lo real, tendientes a la verdad. Parece extraño pero, habiendo estudiado sociológicamente la infancia por años (y éste es el motivo por el que las imágenes que ven predominantemente son de niños), cuando la vida me ha ofrecido un laboratorio de observación natural, convirtiéndome en abuela, he podido descubrir más, en directa, la belleza y el atractivo de la originaria necesidad del hombre de conocer. Necesidad que se expresa en el apego a una relación fundamental - la madre, el padre -, y en la apertura total a la realidad. He podido así por consiguiente entender más las razones de la apatía juvenil actual. Frente a ello, frente a esta necesidad fundamental, cada tentativa reductora se revela torpe y mezquina, porque el niño tiende al todo, al infinito. Y pensar que tanta teoría y práctica, difusa en la segunda parte del Novecientos, y aún hasta hoy, cree que se tiene que hacer el esfuerzo "pedagógico" de reducir la realidad a medida de niño, y que él tenga necesidad de pequeñas cosas y por lo tanto de pequeñas explicaciones, confundiendo la estatura con la necesidad, excepto luego inundarlo de objetos y de compromisos como los adultos, como a menudo sucede. Hemos pensado, sobre la onda larga de las pedagogías iluministas, llamadas democráticas y antirepresivas, que la difusión generalizada de la instrucción escolar solucionara de por sí la transmisión y la comunicación entre las generaciones. Y nos hemos abandonados sobre la obligación escolar como conquista de la modernidad, sin darnos cuenta que estábamos aburriendo cohortes de generaciones con un saber sin sabor, a la insignia de la neutralidad científica. Es curioso si piensan: justo quién se ha rasgado los vestidos por el presunto obscurantismo medieval ha arrastrado al limbo de una difusa ignorancia al hombre moderno. Luego ha llegado la televisión, la telemática, y entre críticas, disputas, etc. hemos encapsulado el malestar juvenil y hasta infantil en tratamientos terapéuticos. No nos hemos percatado - y ésta es la clave de lectura del tema de hoy, para mí - que las nuevas generaciones padecen la falta de conocimiento de sí mismos y la realidad, incluso llenadas a menudo de informaciones y de nociones, a veces también sumamente especializadas.

Según yo, un fenómeno como Facebook se explica justo así. Está bien todo, pero hay necesidad de ser protagonistas: luego, las reducciones y las degeneraciones son otro discurso. Pero el punto, en mi opinión, es justo éste. Todavía tengo presente la cara de mis estudiantes cuando, hablando de comunicaciones de masa, he dicho que la transmisión del Reality seguía un riguroso guión, que no era una verdadera escena de vida. Pero aún más tengo presente la reacción del aula, según los años académicos puede ser de treinta, cincuenta, ciento veinte estudiantes, frente a la pregunta que a un cierto punto del curso casi siempre se impone. Para explicar la sociedad no se puede prescindir de evidenciar la sociabilidad de lo humano connatural en la relación. Pero, dicha así, es una frase y basta. Entonces pido que piensen en sí mismo y pregunto: "¿Alguien de ustedes ha hecho algo para existir?". Después de un desorientación general que tiende a establecer que esta vez nos ha tocado una docente extravagante, y ello se ve en las caras, no dejando yo la presa, alguien empieza a contestar tímidamente: "no". Entonces yo sigo: "¿cómo hago para existir?". Allí veo que la sociología puede ponerse interesante sólo a partir de aquí: de un real proceso de conocimiento donde se somete la razón a la experiencia, hasta reconocer el dato, hasta reconocer lo real en su surgir, en su origen, que es misterio. Cito de Carrón, 2008: “No se trata de transformar los clásicos de la sociología, Weber, Pareto, etc., en profetas, con algún artificio comunicativo; se trata de estimar posible el despertar respecto a la anestesia cultural dominante. Porque el hombre siempre es hombre y la anestesia, a menudo incluso presente, no puede ser permanente. Éste es el desafío que quien tiene la tarea de transmitir el saber no puede desatender, sin caer en lo soso, sin sabor, sin gusto. Conocer para comunicar, es decir: someter la razón a la experiencia, es la condición para poder comunicar de modo humano, donde un yo y uno o muchos tú reconocen un sabor, un significado de la realidad, aquel que todos, pero justo todos los hombres buscan, también los que parecen - uso una palabra juvenil - "chabacanos", más bien, quizás aquellos más que los otros. Si pudiéramos indagar sobre la carrera de los estudiantes a partir de esta hipótesis, creo que veríamos cosas interesantes. Porque vivir, conocer, comunicar para el hombre es toda una unidad y no se puede seccionar.
Creo que por fin hará falta tenerlo presente también en la comunicación de masa: hoy estoy contenta con tener aquí Google y Publicidad Progreso, que representan en todo caso la cumbre del fenómeno publicitario, que escuchan esta conclusión que quiero llevar. Hará falta tener presente en las comunicaciones de masa que, a mi modesto parecer, están yendo hacia una forma de autolesionismo, con una comunicación obsesiva y restrictiva, donde sólo aparece una pequeña parte de la realidad, y ni siquiera la más interesante. La foto que espero dejen ver de esta niña, que tiene en los hombros la televisión y sigue haciendo su juego, es extremamente significativa. Hay más, hay mucho más de aquello que los periódicos y la Tv nos dicen y nos hacen ver. Es aquello que nos ha sido recordado muy autorizadamente, es un grave error despreciar las capacidades humanas o, hasta, ignorar que el hombre está constitutivamente inclinado a ser más. Los medios de comunicación pueden constituir una válida ayuda para hacer crecer la comunión de la familia humana y el ethos de la sociedad cuando se convierten en instrumentos de promoción de la universal participación en la común búsqueda de lo que es justo. Conocer no es sólo un acto material, porque lo conocido siempre esconde algo que va más allá del dato empírico. "Cada conocimiento nuestro, también el más simple, es un pequeño prodigio, porque no se explica nunca completamente con los instrumentos materiales que empleamos. En verdad, hay más de lo que nosotros mismos nos habríamos esperado". Sólo las palabras de Caritas in Veritate. Gracias.

ROBERTO ARDITTI:
Gracias a todos los participantes. Cinco minutos, un par de preguntas volantes si alguien las tiene, si no las tenemos, podemos concluir aquí. Gracias a todos.

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