Krzysztof Penderecki. El corazón de la música
autor: Krzysztof Penderecki
Compositor y Director de orquesta
Pier Paolo Bellini (moderador)
Editor General Colección "Spirto Gentil”
fecha: 2005-08-24
fuente: Il cuore della musica
acontecimiento: Meeting per l’amicizia tra i popoli: "La libertà è il bene più grande che i cieli abbiano donato agli uomini", Rimini, Italia
(Meeting para la amistad entre los pueblos: "La libertad es el don más precioso que el cielo ha donado a los hombres")
traducción: Juan Carlos Gómez Echeverry

MODERADOR:
Para la ocasión le hemos pedido al maestro Penderecki estar con nosotros y enriquecernos con una experiencia tan preciosa, tan importante como la suya. No quiero repetir todos los títulos y los premios que el maestro ha recibido, lo han escuchado anoche y querría en cambio que hoy precisamente fuera el maestro quien hablara de sí mismo. Como se dijo ayer, Penderecki es un nombre que ya está en la historia.
Querría partir del inicio de la experiencia del maestro, con algunas preguntas sobre el comienzo de su vocación artística.
La primera pregunta es ésta: he leído que el padre del maestro fue abogado y entusiasta violinista y llevó muy pronto al maestro a contactarse con la música clásica. Querría preguntar si puede contarnos algún episodio de los inicios. ¿Cómo se volvió clara en él, a lo mejor cuando todavía era niño, a lo mejor por la relación y la enseñanza del padre, cómo se empezó a aclarar su vocación artística?

KRZYSZTOF PENDERECKI:
Mi padre, como han escuchado, era un abogado pero también era un amante apasionado de la música y todas las tardes, cuando volvía a casa del trabajo, se ponía a tocar el piano y el violín. En realidad no tocaba muy bien, pero tocaba. Y continuaba a repetirme que era un verdadero pecado el que no hubiera podido ser un músico y así me ha mandado a las primeras lecciones de piano. Yo tenía quizá menos de cinco años y era antes de la guerra, pero el piano no me gustaba sobre todo porque no me gustaba la profesora que yo consideraba una anciana señora - en realidad creo que tenía unos veinte años, pero para mí era una señora. No era una profesora que quisiera de modo particular. Así después de seis meses de lecciones de piano, yo decidí aprender violín. Mi padre me compró el violín y yo empecé a amar este instrumento.
En aquel punto había llegado a la edad de seis años ya la guerra había iniciado, era 1939. Nosotros perdimos todo en la guerra, sobre todo la casa donde vivíamos, todos nuestros bienes fueron quemados. La guerra avanzaba, era 1941, y yo recomencé a tocar el violín. Como se podrán imaginar en el '41 en plena guerra, Polonia estaba ocupada, no era posible viajar. Yo vivía en una pequeña aldea, no era posible encontrar la música, las partituras. Entonces mi profesor se puso a escribir las partituras para mí, para que yo pudiera ejercitarme y tocar. Este sistema sin embargo no me gustó y entonces comencé a escribir música por mi cuenta: ha sido mi primer paso como compositor. Ha sido la necesidad de tener que recuperar la música, las partituras para poder ejercitarme, para poder tocar. Entre el '42 - '43 he escrito mi primera composición para el cumpleaños de la abuela, ha sido naturalmente una polonesa como pueden imaginar.

MODERADOR:
Quisiera pasar a los principios de su carrera. Leí un artículo de un periodista que con tonos muy redundantes describía así los inicios de su carrera. "El fenómeno de Penderecki es excepcional en la historia de la música, no sólo de la de Polonia. En la música del siglo XX, nadie parece haber hecho una carrera tan brillante y tan rápida. Sólo Igor Strawinskij podría igualarlo. Por otra parte las curvas del destino de los dos artistas a menudo se parecen”.
¿Cuáles han sido las ocasiones, las etapas, los encuentros fundamentales para iniciar una carrera profesional como compositor?

KRZYSZTOF PENDERECKI:
Al final del colegio, que frecuenté en esta pequeña ciudad, mi padre que siempre creyó que yo podría ser un músico, decidió que debía estudiar música y me envió a Cracovia. Tenía entonces diecisiete años y llegué a Cracovia con la maleta llena de obras que había escrito, conciertos y sobre todo piezas para instrumentos solistas, en particular violín porque no amaba tanto el piano. Después de un año de clases particulares en Cracovia, me inscribí en el conservatorio, que he concluido después de cuatro años. En el conservatorio estudié sobre todo música clásica, no contemporánea, porque la música contemporánea estaba absolutamente prohibida. Después de la escuela, diría en el '58, quizás un poco antes, he empezado a interesarme por la vanguardia (1). No existía sin embargo por la época, una vez más, la posibilidad de viajar. Durante la guerra no podía viajar de mi aldea a Cracovia y después de la guerra era imposible de Cracovia ir al extranjero, porque era dificilísimo conseguir un pasaporte. Entonces me he enterado, leyendo un periódico, que se anunciaba un concurso para jóvenes compositores en Varsovia y el primer premio era un viaje a Occidente. Quería ganar absolutamente aquel primer premio para obtener un pasaporte y he mandado al concurso tres diferentes composiciones, completamente diferentes en estilo, diferentes en todo y he ganado todos los tres los premios. El primero y también los otros dos. Recuerdo que el premio entre otras comprendía ciento veinte dólares, que para la época eran para mí una enorme suma de dinero. Decidí que si ganaba, iría a estudiar en Alemania. Después de haber conseguido el pasaporte sin embargo, cambié de idea y decidí que iría a Italia. Así en el '59 llegué a Italia con ciento veinte dólares en el bolsillo y he logrado sobrevivir por tres meses. Ha sido un bellísimo período.
Olvidaba decirles que efectivamente en el conservatorio estudié sobre todo música clásica. Pero en el '54, en el '55 como joven era particularmente rebelde. Deben saber que aprendí muy velozmente y he empezado a enamorarme de la vanguardia, sobre todo porque la vanguardia era prohibida: yo y todos mis colegas queríamos justo por esta razón la vanguardia. En el '56 - '57 he tenido la posibilidad de escuchar una lección de Luigi Nono (2), que vino a Polonia y había traído consigo numerosas grabaciones de obras para nosotros absolutamente desconocidas: "El canto suspendido", Stockhausen. Éste es quizás justo el motivo por el que he decidido venir a Italia en vez de Alemania, para encontrar de nuevo a Luigi. Además he transcurrido dos semanas en su casa en Giudecca (3).

MODERADOR:
Querría hacerle una pregunta más difícil con respecto a las elecciones artísticas. Usted ha empezado participando en el movimiento de la vanguardia, con una fuerza detonante con respecto a la tradición. Últimamente muchos observadores y críticos han notado algunas elecciones diferentes que usted está haciendo, que ha hecho. Querría leerle una declaración suya que me ha impactado, es bastante reciente. Usted ha dicho: "No hago caso al modo como la crítica juzgará la pasión, si es tradicional o vanguardista. Para mí ella es sencillamente auténtica y esto me basta."
¿Por qué ha sentido la necesidad de un cambio?
¿Qué juicio da ahora sobre aquel período, después de tanto tiempo, mirándolo desde la distancia?
¿Qué futuro ve para la composición musical?

KRZYSZTOF PENDERECKI:
La pregunta que me ha puesto, me la estoy haciendo en realidad desde hace cuarenta años. Desde finales de los años Cincuenta hasta el '72 - '73, he sido absolutamente un compositor de vanguardia en primera fila. Luego sin embargo también la vanguardia me aburrió. Creo haber escrito todo lo que quería decir utilizando la vanguardia: Polimorfos, la Trilogía son expresiones de este período. Pero luego he buscado un manantial diferente de inspiración. Ya, a mi parecer, todo aquello que podía ser escrito con la vanguardia ha sido escrito antes de los años '60. Del '65 en adelante no se puede hablar más de piezas escritas según la vanguardia. Yo he mudado de gustos. Aunque haya sido un compositor de la vanguardia, en el '62 he escrito el "Stabat Mater" que recuerda las técnicas tardo-renacentistas, un período de gran importancia para la música. La polifonía del tardo Renacimiento italiano era imposible en la vanguardia. Es de esta polifonía del Renacimiento que me ha venido la idea por la "Pasión".Ha sido mi primer paso hacia algo nuevo. En realidad este algo nuevo fue una vuelta al pasado que tenía un poco descuidado. El "Stabat Mater" que he compuesto no es el de Palestrina. Con seguridad no rememora a Palestrina; es una obra que en todo caso padece de lo que es mi estilo, mi música, con las agrupaciones de notas sonadas al mismo tiempo. Es mi estilo y mi música. Ha sido aquel el primer paso que me ha hecho entrar en los años Setenta.

He comenzado luego a interesarme en la música tardo-romántica y quería continuar componiendo y escribir lo que se concluyó a principios del siglo pasado. Después de Stravinskij, después de Bartok la sinfonía ya no era posible. En cambio del '70 en adelante la sinfonía ha reaparecido y hemos podido componer de nuevo sinfonías. He quedado fascinado, por Sibelius, por Brukner no por Mahler sino por Brukner. Al final de los años Setenta ha llegado el "Te Deum", ha llegado la segunda sinfonía "Paradise lost", el primer concierto para violín, todas obras que yo llevaría al Tardo Romanticismo. Sin embargo estas obras cuando las escuchan no les recuerdan a Brukner o a Sibelius, no han sido compuestas para ellos. Es mi estilo una vez más, es mi música. Este período Tardo Romántico-Neo Romántico ha sido en todo caso breve, del '75 al' '82 y en el '82 he compuesto el segundo concierto para violonchelo que retoma mi interés inicial por la música electrónica, por lo tanto una vez más la vanguardia. Sin embargo no es la primera vez que cambio, que mudo de interés y de estilo. Este cambio ya había ocurrido en los años '50, cuando me interesé por la vanguardia. Luego cuando la vanguardia me aburrió, pasé al Romanticismo y del '82 en adelante intervinieron una vez más otros cambios. Ayer quizás algunos de ustedes estuvieron presentes en el concierto, han escuchado la "Sinfonietta": la "Sinfonietta" es absolutamente una pieza antiromántica.

MODERADOR:
Quisiera citar algunos títulos de sus piezas porque tienen una lógica sobre la que querría preguntarle. Sólo cito los títulos: “Trilodia para las víctimas de Hiroshima", "Dies irae" conocido también como "Oratorio de Auschwitz", "Réquiem polaco que comprende también una pieza encargada por Solidaridad, "Las siete puertas de Jerusalén" para la celebración de los tres mil años de la ciudad de Jerusalén. He puesto estas obras en conjunto si bien muy diferentes porque todas tienen que ver con un hecho concreto de la realidad, un acontecimiento. Me parece que para usted la música puede entrar en relación con la realidad.
¿Según usted qué contribución puede aportar la música al hombre y a la sociedad de nuestro siglo?

KRZYSZTOF PENDERECKI:
Creo que cada artista es testigo del tiempo en el cual vive. Nadie puede permitirse componer o escribir sólo lo que quiere. Hace falta hablar a los otros de lo que acontece. Es lo que ha ocurrido por ejemplo en el caso de la “Trilodia para las víctimas de Hiroshima" o en el caso del "Oratorio para Auschwitz". Yo nací y viví a 60 km de Auschwitz y absolutamente tenía que componer una pieza sobre Auschwitz, una pieza que ha sido espontánea no encargada. Ha sido una elección mia. Es también así en el caso de Solidaridad, un importante movimiento de la Europa oriental que ha cambiado la vida del mundo, ha cambiado la vida de Europa. Decidí que aquella pieza debía ser mi contribución al movimiento de Solidaridad. Ha sido compuesto en 1980, al mismo tiempo que "Lacrimosa", con ocasión de la inauguración del monumento dedicado a las víctimas, a los obreros asesinados por el régimen comunista en Gdansk en los años Setenta. Un año después fue la muerte del cardenal Wyszynski, una figura importante de la post-guerra en Polonia y he compuesto el "Agnus Dei" y he seguido a añadiendo poco a poco nuevos movimientos que confluirían finalmente en el "Réquiem polaco". Una vez más las referencias son a la historia contemporánea. Ahora estoy escribiendo el último movimiento del "Réquiem polaco", lo he comenzado luego de la muerte de nuestro papa, el papa polaco, papa Wojtyla, a cuya memoria he dedicado el movimiento.
Contesto, reacciono ante los acontecimientos. En el caso del 11 de septiembre también he decidido allí componer una pieza, no tanto en memoria de las víctimas del terrorismo. Sin embargo el 11 de septiembre cambió lo que era mi música. Estaba escribiendo un capricho para piano y orquesta. Después de los acontecimientos del 11 de septiembre esta pieza cambió radicalmente: se convirtió en una pieza muy seria, con un fragmento coral al final de la pieza.
Usted ha mencionado sólo cinco trozos unidos a la historia, a los acontecimientos recientes: en realidad he compuesto ciento quince de ellos y éstos son una parte muy pequeña.

MODERADOR:
En 1959 usted ganó el primer premio. Ha presentado tres piezas y entre éstas había una dedicada a los salmos de David. Desde entonces la música sagrada ha acompañado constantemente su producción. Usted ha tenido ocasión de hacer esta declaración: "Para mí la música sagrada es un modo de afirmar aquello en lo que creo más aún es un modo, mi único modo con el cual intento dar voz a la verdad."
¿Nos puede ayudar a comprender mejor la profundidad y el valor de esta afirmación?

KRZYSZTOF PENDERECKI:
También ésta es una pregunta que muy a menudo se me hace: ¿por qué escribo música sagrada? Deben tener presente ante todo que cuando nuestra vivienda fue destruida a principios de la guerra en 1939, nosotros no logramos salvar mucho de aquella casa. Mi abuelo llevó consigo la Biblia. Nosotros teníamos una casa con una enorme biblioteca, que sobrevivió completamente. Mi abuelo era un director de banco por lo tanto una persona adinerada y tenía esta enorme pasión por el griego, el latín la literatura sagrada, el Biblia. Esta es quizás la primera razón de mi interés por la literatura y la música sagrada. Pero hay otra cosa que me ha ayudado a componer música sagrada y es el hecho que la música sagrada cuando estudiaba en el conservatorio era absolutamente prohibida, nadie podía escribir música sagrada. Yo lo he hecho y he ganado el primer premio con el "Salmo de David". Luego ha venido la "Pasión" de San Lucas y ha sido en aquel entonces un gran problema para mí porque luego tuve enormes dificultades para conseguir un pasaporte al haber compuesto esta obra sagrada. Es un poco como el caso de la vanguardia: era prohibida y yo compuse vanguardia, la música sagrada era prohibida y yo componía obras sagradas. He sido el primer compositor en Polonia en componer música sagrada y no me he detenido nunca. He seguido añadiendo nuevas piezas, nuevas músicas, nuevas composiciones, porque efectivamente los temas son muchos: desde el "Apocalipsis" a la "Resurrección", al "Magnificat", al "Te Deum" hasta las "Siete puertas de Jerusalén" que sacan la inspiración de los salmos de Isaías y luego el "Credo". Yo creo que si a los sesenta y cinco años de edad se logra escribir un "Credo" se es en verdad creyente.

MODERADOR:
Voy a temáticas más actuales. Cuando se escribe música, se tiene siempre en mente alguien para quien se escribe, alguien a quien hablarle. De Victoria, Bach, Mozart hasta Schoenborn tuvieron en mente alguien para quien escribir, un público.
¿Usted para quién escribe? Y una segunda, ¿cuáles problemas ve en la relación entre compositor y oyente?

KRZYSZTOF PENDERECKI:
Lamento tener que decirlo, pero ante todo escribo para mí mismo y escribo lo que me gusta, escribo la música que amo. Yo he cambiado, lo han escuchado, y he cambiado porque he creído que era necesario hacerlo. He cambiado de idioma, he cambiado de lenguaje. Pero también escribo música de cámara, una especie de música doméstica que compongo en mi arboretum, mi casa de campo, donde he plantado mil quinientas especies de árboles en un parque de treinta hectáreas. Al interior de este arboretum también hay un laberinto, donde me siento realmente cómodo: es la cosa que más me gusta. Es un laberinto enorme. No conozco personalmente todas las vías, todos los senderos, todas las sendas. A veces me encuentro obligado a volver atrás para salir, a veces me pierdo, no sé ni siquiera a dónde ir. Esta creo que sea la situación ideal para todo artista. Cada artista busca siempre nuevas vías. No es fácil volver atrás. A veces uno está forzado abrir las puertas con los propios hombros para poder encontrar una calle. No sé si con esto he contestado a su pregunta.
¿Por qué he mencionado el laberinto y el arboretum? Porque allí es donde me siento en casa; allí es donde escribo una música diferente: primero la naturaleza y luego la música.

MODERADOR:
He tenido ocasión el año pasado de hacer una investigación sobre los músicos en Italia. Hay muchos de ellos aquí en esta sala. Cuando he llegado a los compositores he tenido un cuadro bastante preocupante, porque la mayor parte de los compositores actualmente en Italia trabajan gratis e incluso tienen que pagar hasta la orquesta para escuchar sus propias piezas.
¿Usted puede hablar de "profesión de compositor" en estas condiciones?
¿Cómo puede volverse útil para sí y para el mundo empeñarse en arte como usted está haciendo?

KRZYSZTOF PENDERECKI:
Yo no soy sólo un compositor, también soy un director de orquesta y quizás no podría permitirme tener un arboretum de treinta hectáreas y el jardín que tengo con los jardineros que trabajan allí, si fuera sólo un compositor. Cuando era joven hice cosas y trabajos un poco extraños. Cuando era estudiante recogía por ahí antiguos muebles viajando por Polonia, hacía de "ropavejero" de muebles espléndidos del siglo XVI, XVII y XVIII. He compuesto más de ochenta piezas para cine y para teatro. Mi música se toca en todo el mundo, pero yo no podría vivir sólo de esto y por lo tanto tengo que hacer otra cosa. Sé que no es fácil ser un artista. En el '63 y en el '64 tomé la decisión de no componer para el cine, porque después habría sido extremadamente difícil volver a componer música seria. El cine me daba dinero fácil y después de diez años de composición para el cine habría sido realmente difícil volver a escribir una sinfonía. Así he decidido convertirme en director de orquesta. No sabría que otra cosa añadir. El ser artista, el ser compositor requiere de una abnegación total: la propia vida, el propio conocimiento son ofrecidos sin ninguna expectativa de ganancia económica.

MODERADOR:
Me parece que uno de los problemas cruciales para el futuro también de la música sea la educación, de los jóvenes y a la belleza. Querría hacerle dos preguntas.
Primera: ¿qué piensa de la educación musical en su País o en los Países que usted ha visitado?
Segundo: ¿si usted fuera un ministro de la cultura mundial que iniciativa tomaría desde este punto de vista?

KRZYSZTOF PENDERECKI:
No es fácil contestar a esta pregunta. Por cuanto concierne a la primera parte, puedo decir de estar encantado de haber vivido en la Europa Oriental. Lo que Rusia llevó a Polonia no puede ser condenado soló como negativo. Por ejemplo el sistema de educación musical ha funcionado bien, todavía funciona. Creo que lo mismo no se puede decir del mundo occidental: aquí el sistema no funciona.
Lo que en cambio aquí funciona es lo que ustedes han creado con el Meeting, que es también un acontecimiento único bajo la perspectiva de la instrucción y de la educación. Quizás nosotros deberíamos hacer como ustedes, en Polonia. En este momento estoy desarrollando dentro de mi arboretum una academia, que es un tipo de campus por un entero año, dentro del que podrán ser instruidos jóvenes y también niños. Estamos haciendo la recolecta de financiaciones justo en este período. La educación musical puedo decir que no existe, por lo menos en nuestro mundo. Quizás en los Países de la Europa oriental es más fuerte que en los Países de la Europa occidental, pero no existe un verdadero sistema que les permita a los jóvenes acceder al arte. Creo sin embargo que acontecimientos como el Meeting, al que participo por primera vez y es el primer día que lo visito, son algo extraordinario. Lo que he podido ver es el entusiasmo de los jóvenes y una fantástica organización. Acontecimientos como éste podrían servir de modelo para todos nosotros.

MODERADOR:
El maestro está dispuesto a contestar a lo sumo dos preguntas.

PREGUNTA:
Hace algunos días la Iglesia Católica organizó en Colonia un encuentro mundial de jóvenes y quizás la misma Iglesia Católica vive el dilema si para los jóvenes sea mejor recorrer vías de músicas fáciles, incluso folclóricas en este caso o bien si sea mejor caminos más arduos, hacer una vuelta al pasado, a lo clásico, incluso al canto gregoriano…
Gracias.

KRZYSZTOF PENDERECKI:
Lo discutí siempre con el papa Wojtyla. Yo lo conocía desde 1952, cuando todavía era sacerdote. Él siempre tuvo un fuerte interés por la música, por toda la literatura. Me pidió incluso componer piezas para tocar en la Iglesia. Él había llevado las guitarras para tocar en la iglesia. Yo siempre le contesté que no. La idea era que tocara Bach o los cantos gregorianos, y por lo tanto no se trataba de llevar la música "de calle" dentro de las iglesias. Pero si ahora me hacen la misma pregunta, yo no sé qué contestarles porque creo que no se puedan dar pasos hacia atrás. Nadie en iglesia, sobre todo entre los jóvenes, soñaría con cantar los cantos gregorianos o Palestrina. Sólo lo hacen a lo mejor los profesionales. Yo creo que la Iglesia tiene que ser abierta a la modernidad, a lo que quieren hoy los jóvenes. Mientras en la época de la vanguardia existió una gran diferencia entre la música "comprometida y seria" y la música "distraída", ahora esta diferencia es casi imperceptible. No hay casi diferencia entre la música "pop" y aquella "seria". Mi juicio es que la Iglesia tiene que ser abierta y aceptar lo que los jóvenes quieren.

PREGUNTA:
¿Cuáles son los compositores a los cuales vale la pena estar atentos porque son libres?
¿Cuáles son los sitios donde la academia, en el sentido peor del término, es evitable?
¿En fin dónde merece la pena de ir a estudiar?

KRZYSZTOF PENDERECKI:
Yo estoy tan empeñado en mi música que luego mi tiempo libre lo dedico a plantar árboles en el arboretum y a viajar, no voy a escuchar muchos conciertos. Luego como ve, a mi edad uno se vuelve egoísta, los intereses se vuelven egoístas. Se ama hacer lo que se quiere, a la final. Ni siquiera conozco a muchos compositores y por otro lado los compositores no se quieren entre sí. En mi larga vida no he tenido muchos amigos compositores. Quizá en los años Sesenta sí. Luigi Nono, Vanden. No compartía las ideas políticas de Nono, pero era una persona extraordinaria. No sé por lo tanto qué contestar.

PREGUNTA:
¿Puede profundizar en lo que ha dicho sobre el hecho que primero viene la naturaleza y luego la música? Se me ha venido a la mente el compositor Bartok. Si no me equivoco en su composición para la música que venía del pueblo, Bartok hablaba como de una fuerza de la naturaleza. Me parece que indica una posición del músico, del compositor, del artista, que no es tanto creador cuanto un descubridor que toma nota de algo que hay, que mira algo en lugar de inventar por inspiración, según una idea un poco romántica del artista.

KRZYSZTOF PENDERECKI:
Usted ha hecho el ejemplo de Bartok, que tuvo efectivamente este gran interés por la música popular. Desgraciadamente yo no comparto absolutamente este interés, porque la música "popular" nos venía impuesta en las escuelas. Fue nuestro sistema de instrucción: el régimen quiso que nosotros sirviéramos el pueblo con música comprensible para todos. Por tanto desde ese entonces soy alérgico a la música popular. Ciertamente algunas cosas me gustan, saco inspiración de ella para algunos instrumentos, pero soy alérgico a la música popular. Por cuanto concierne a la naturaleza, vuelvo al tema de mi familia. Mi abuelo era un apasionado de botánica. Yo he iniciado hace treinta años lo que tuvo que ser luego mi jardín y que luego he cambiado en un arboretum. Esto porque tenía un interés fuerte por adquirir nuevas especies de árboles y plantarlas en este espacio. Vivir allí circundado por los árboles que he plantado hace treinta años y que ya han alcanzado dimensiones destacadas, me da algo que es difícil que explicar. La vecindad con la naturaleza, con las estaciones, explica quizás porque yo escribo música diferente en primavera o en invierno o en verano. Creo que esta diferencia se puede percibir en mi música. No sería capaz sin embargo de explicarles el motivo por el cual estoy tan fascinado por la naturaleza y por los árboles. Cuando a veces vuelvo cansado de mis tours, de mis conciertos y me siento en el arboretum frente a un trozo de papel, la música llega flotando en el aire. No sabría explicarles realmente por qué. Probablemente es mi segunda naturaleza.

MODERADOR:
Maestro, quiero agradecerle y decirle una cosa que nos sucede al encontrar a personas más grandes que nosotros, culturalmente más adelantadas que nosotros, a lo mejor también grandes personalidades políticas que mirándonos quedan impactadas. Mirando a la gente del Meeting quedan impactadas por esta frescura. Es una cosa que nos asombra, porque dicho por personas tan grandes es como si nos reclamaran a una cosa que no hacemos nosotros sino que llevamos sobre los hombros, por lo que nos viene el deseo cada vez mayor de conocer esta cosa que llevamos sobre los hombros. Al mismo tiempo cuando personas grandes como usted nos miran de este modo, reconocemos una sinceridad y una seriedad como la que ha querido usted testimoniarnos, contándonos su vida, que nos hace conmover y nos hace decir que podemos afirmar que tenemos a un nuevo amigo, que Penderecki es un nuevo amigo de nosotros, gente del Meeting. La agradecemos de corazón, maestro.

Notas

1. Vanguardia: El término vanguardismo se utilizó para denominar, en el terreno artístico, las llamadas vanguardias históricas, una serie de movimientos artísticos de principios del siglo XX que buscaban innovación en la producción artística. La característica primordial del vanguardismo es la libertad de expresión, que se manifiesta alterando la estructura de las obras, abordando temas tabú y desordenando los parámetros creativos. Fuente: www.wikipedia.com
2. Luigi Nono (Venecia, 29 de enero de 1924 — Venecia, 8 de mayo de 1990) fue un compositor italiano de música contemporánea. Sus obras más conocidas son Il canto sospeso (con lectura de cartas de partisanos condenados a muerte en la lucha contra el fascismo), Epitafio para Federico García Lorca (para voz recitante, cantantes y orquesta) e Incontri (Encuentros), para 24 instrumentos. Fuente: www.wikipedia.com
3. Al sur de Venecia se encuentra Giudecca, un grupo de islas que se separa de las islas rialtinas por un canal llamado Canale della Giudecca. Forma parte del sestiere de Dorsoduro. Se encuentra aproximadamente a una distancia de 300 metros de Venecia y se tarda unos tres minutos desde la plaza de San Marcos en barco (vaporetto) para llegar. Fuente: www.wikipedia.com

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