¿La cultura? Devorada por los "técnicos"
autor: Evandro Agazzi
Luigi Dell’Aglio (entrevistador)
fecha: 2010-04-27
fuente: La cultura? Divorata dai «tecnici»
traducción: Carmína Vasquez

"El divorcio entre ciencia y disciplinas humanísticas ha ocurrido hace menos de dos siglos, introducido en Europa por la filosofía positivista del Ochocientos. Pero por veinticinco siglos, es decir a partir del VI siglo antes de Cristo - cuando nace, en la Grecia clásica, la cultura europea - ciencia y humanismo, surgidos simultáneamente, caminaron unidos y en perfecta simbiosis". El filósofo Evandro Agazzi ha cavado en el pasado, y ha descubierto que la separación entre ciencia y "estudia humanitatis" se puede hacer remontar hasta a Immanuel Kant.

Pero en el sentido que, según el autor de la Crítica de la razón pura, las ciencias deben ocuparse del mundo de la naturaleza mientras que el mundo del hombre va reservado a la filosofía y a las otras disciplinas humanísticas. El positivismo se apodera de la tesis kantiana, la enfatiza, y decreta que también la filosofía y las otras formas de conocimiento humanístico deben entrar en la jurisdicción de la ciencia. Es decir ésta tendría el derecho a interpretar con el método experimental - nota Agazzi - también "cuestiones como el sentido de la vida, el último destino del hombre, la dignidad de la persona, la libertad y el sentido moral."

He aquí el cientismo, que atribuye a la ciencia un poder absoluto o sea la capacidad, más bien el derecho, de "solucionar todos los problemas humanos". La cultura humanística puede acabar en el desván. A este punto los filósofos reaccionan. Los idealistas Benedetto Croce y Giovanni Gentil proclaman la superioridad de los estudios humanísticos sobre aquellos científicos. La división se convierte en contraposición y, al pasar entre el siglo XX y XXI, se exaspera. Evandro Agazzi, uno de los más acreditados filósofos italianos, pensador que goza de gran prestigio internacional, es actualmente profesor emérito de Filosofía teorética en la universidad de Génova y enseña en Ciudad de México. Aquí la universidad Autónoma Metropolitana le ha creado una cátedra por clara fama. Agazzi es invitado en todo el mundo a tener conferencias, sobre todo sobre la relación ciencia-fe.

¿Profesor, por qué Kant dividió dos campos disciplinarios que quedaron unidos por muchos siglos?
"Los excepcionales progresos conseguidos por la ciencia natural, fundada por Galileo y Newton, indujeron el filósofo de Königsberg a ver en la ciencia el paradigma del "saber" en sentido general. Pero Kant no sustrajo mínimamente a la filosofía las cuestiones fundamentales del hombre como la moralidad, la libertad, el sentido de la vida y el destino última. Las consideró "racionalmente justificables" aunque no conocimiento científico en sentido propio."

¿Es decir reconoció el derecho de las ciencias humanas de tener un espacio insuprimible?
"Ciertamente. Y si piensas que, a bien mirar, las modernas ciencias humanas nacieron con al menos un siglo de antelación sobre las ciencias naturales. El despegue ocurre con aquel fenómeno histórico que es definido "humanismo" en los manuales: se redescubren los clásicos antiguos y no sólo las obras de literatos, historiadores y juristas; también los textos científicos reciben un trato riguroso sobre el plan filológico."

¿Pero cuáles son las razones objetivas de este choque actual? ¿Se quiere afirmar el principio que todo lo que no puede ser demostrado científicamente no tiene derecho de existir?
"Entre cultura científica y cultura humanística se ha llegado a esta lucha porque han surgido de repente tres condiciones principales. La especialización, el tecnicismo de los lenguajes y sobre todo el reduccionismo. Una disciplina pretende poseer los principios y los métodos para explicar los hechos estudiados por las otras disciplinas. Las ciencias de la naturaleza, pero también la economía o el psicoanálisis, pretenden "interpretar todo". De este modo se dilata arbitrariamente la aspiración de cada disciplina a explicar, a través de sus propios medios, el mayor número posible de cuestiones. Así la ciencia acaba por ignorar los mismos límites objetivos."

Por tanto, para el cientismo, las disciplinas humanísticas son superadas. ¿Y no es superado en cambio el materialismo de aquellos científicos los cuales se remiten, en práctica, a los pensadores pre-socráticos que consideraron al hombre una “cosa entre las cosas” y fueron desmentidos por Sócrates y Platón?
“Se asiste a un tipo de retroceso. Los primeros filósofos griegos (dichos después "físicos"), sostenían que todo es materia y manifestación de propiedades materiales. Y también el hombre es materia. Sócrates y Platón derrotaron esta ideología. Llevaron a la luz la esencial diferencia específica entre el hombre y la naturaleza física: el espíritu, es decir la inteligencia, la conciencia moral, la capacidad de crear el mundo de la civilización y la historia, en fin las formas y los valores de la cultura humanística."

¿Tras el cientismo y la insistencia con que se quiere reducir el espacio del saber humanístico hay pues lo que usted ha llamado "metafísica materialista"?
"Con eso no quiero subvalorar las dimensiones naturalísticas del ser humano: físicas, químicas, fisiológicas, genéticas, neuro-fisiológicas, etcétera. Es innegable la riqueza de las contribuciones que vienen de las ciencias de la naturaleza y que permiten un mejor conocimiento del mundo humano. Quiero notar solamente que no es correcto ignorar las otras dimensiones del hombre. Y las disciplinas humanísticas indagan y cultivan justo estas dimensiones."

¿El ataque al saber humanístico se debe en fin a la mentalidad materialista que se extiende en nuestras sociedades?
"En parte, sí. Pero también hay otra razón: ya casi todo es valorado en base a un criterio puramente utilitarista y "pragmático". Se ha perdido la conciencia de que las cosas que realmente valen son las que “no sirven para nada", en cuánto valen de por sí, y merecen que nos pongamos a su servicio. El utilitarismo hace perder la misma "dimensión humanística" de la ciencia, que es una forma excelente de "búsqueda" de la verdad. Es por lo tanto obvio que los conocimientos de tipo humanístico sean considerados una presencia embarazosa en la enseñanza escolar porque sustraen tiempo y atención a los estudiantes. Ellos deben dedicarse solamente a las disciplinas que realmente "sirven". Pero así los jóvenes no encuentran las materias que hacen madurar la personalidad del alumno y refinan su espíritu crítico, su sentido de la responsabilidad, su capacidad de valoración y juicio frente a las situaciones de la vida, su aptitud a cumplir elecciones libres y conscientes."

Las "disciplinas que sirven" son aquellas solicitadas por el mercado del trabajo…
"Pero reducir a esto la formación escolar significa haber olvidado que ningún ser humano es simple mano de obra. Tras una tal política urgen macizos intereses económicos, y es un hecho que sea perseguida por instituciones como el Banco mundial y el Ocse, en contraste con los objetivos de la Unesco. Cierto esta mentalidad también prevalece porque se han ofuscado ideales y valores, hasta en Europa que incluso tiene una cultura "con memoria", formada en la antigüedad clásica y en la Edad Media cristiana"

Unless otherwise stated, the content of this page is licensed under Creative Commons Attribution-ShareAlike 3.0 License