La familia /3
autor: Alexander Van Der Does De Willebois
Holanda, Neurólogo
Alberto Methol Ferré
Uruguay,Consulente del CELAM y miembro del equipo Teológico Pastoral
Zépbryn Goma
Congo Brazzaville
Carlo Caffarra (moderador)
Italia, Director del Instituto «Juan Pablo II» en la Pontificia Universidad del Laterano
fecha: 1982-08-24
fuente: La familia
acontecimiento: Meeting per l’amicizia tra i popoli: "Le risorse dell' uomo", Rimini, Italia
(Meeting para la amistad entre los pueblos: "Los recursos del hombre")
traducción: Carmína Vasquez
previos: /1, /2

CARLO CAFFARRA:
Agradecemos Methol-Ferrè.
"El hombre - escribió Pascal -supera. infinitamente al hombre". Eso significa que en las manos de cada uno de nosotros, Dios con su gesto creativo ha puesto un tesoro de verdad, una verdad que nos supera infinitamente, una verdad que en Cristo se revela totalmente. Y también la Iglesia se ha encontrado a tener en sus manos una verdad que la supera infinitamente. Methol-Ferrè con su reflexión nos ha hecho también ver este aspecto de la vida de la Iglesia; esta difícil, larga, apasionada, asombrada y amante búsqueda que la Iglesia ha hecho con sus Papas, con sus teólogos, con la experiencia de sus Santos, de los novios, esta búsqueda de la verdad del matrimonio y de la familia, búsqueda que ha alcanzado una propia síntesis en la "Familiaris Consortio". Y es esta misma riqueza de verdad del matrimonio y de la familia que hace de tal manera que ninguna individual iglesia local sea capaz de expresarla. Por esto que la Familiaris Consortio habla de una necesidad para esta verdad de penetrar las varias culturas y de expresarse a través de las varias culturas.
Por esta razón ahora oiremos la voz de la Iglesia africana aquí representada por Zephyrin Goma. Él vive en Brazzaville (Congo), donde trabaja como Jefe de Servicio de Transportes en la Aviación Civil. Ha fundado el movimiento religioso de los "Feyers chretiens" del Congo. Ha participado, en calidad de auditor laico al Sínodo de los Obispos sobre la familia en el 1980 en el cual, junto a su mujer, ha tenido un testimonio de vida cristiana en el matrimonio. Él nos dirá como el Evangelio del matrimonio y de la familia es vivido en la Iglesia africana.

ZEPHIRIN GOMA:
Ante todo me presento brevemente: Zéphirin Goma, de 45 años, casado, padre de ocho hijos, ingeniero de la Aviación Civil, practico actualmente las funciones de Jefe del Servicio de Transporte Aéreo.
Durante mis horas libres me dedico a la Acción familiar, siempre acompañado por mi esposa.
Ayudado por un padre europeo, de Fidei Donum, nuestra Acción familiar se ha transformado en un movimiento, el movimiento de los "Hogares Cristianos", de los cuales somos los fundadores. Cuando he recibido la invitación a participar en este Mitin, me ha pasado por la mente una idea que me lisonjea y es decir que el mundo está volviéndose hacia África para conocerla mejor, pero sobre todo para conocer mejor las estructuras de sus pueblos.
El "tema" sobre el cual se me ha pedido intervenir es muy vasto y muy importante.
Por lo tanto en el transcurso de esta relación veremos sucesivamente.
1. como ha nacido la familia donde nosotros;
2. las concepciones que el mundo tiene de la familia;
3. la educación de la familia.

I. El nacimiento de la familia

La familia ha nacido siguiendo el modo en que fueron estructuradas las aldeas de un tiempo, a menudo constituidas por hombres del mismo clan o de la misma tribu. Con el pasar de los años, estas tribus concluyeron matrimonios con otras tribus de las regiones cercanas. Pero de este modo, las familias ya no fueron constituidas por tribus homogéneas sino esparcidas.
Ya que estos hombres vivían juntos, ellos conocían las costumbres y los caracteres recíprocos, podían elegir la familia con la cual su hijo (hombre o mujer), podía concluir un matrimonio. La elección del matrimonio era hecha por los padres. Los hijos, confiando en el valor de su elección, aceptaban sin denegar la decisión. Y, por lo tanto, con el matrimonio nacen las familias. En nuestras costumbres, el matrimonio es una alianza entre dos familias, comparable a dos manantiales de agua.
Estos dos manantiales dan dos hilos de agua: "Los Parientes."
Estos dos hilos de agua se unen: "El matrimonio."
Estos dos hilos de agua se unen en el arroyo: "Los Hijos."
Este arroyo se convierte en un río: "Familia."
¿En las aguas del río, se reconocerán las aguas del primero y del segundo manantial?
El valor de esta alianza es constituido por la unidad que reina entre las dos familias. Ésta se concreta también con el sostén recíproco que ellas se dan: los dolores de la una son percibidos y acogidos por la otra sin alguna diferencia. La familia así constituida puede contar de 30 a 40 individuos.
Hoy la unión del matrimonio es caracterizada por la dote que, en pasado, sólo era un símbolo de consolidación de las uniones familiares y agradecimiento a la suegra por la virginidad de la hija. En realidad, la dote no es una cosa completamente equivocada, si es moderada. Es el abuso de las altas sumas que hace perder su valor inicial. Actualmente la dote ha asumido el aspecto del “precio de adquisición de la mujer". En ciertas costumbres la dote tiene que ser devuelta en caso de divorcio. Constituye, entonces, hoy, un elemento de estabilidad del matrimonio. Así, a pesar de las dificultades en el seno de la familia, algunas mujeres no pueden divorciarse porque sus familias no son capaces de devolver la dote.
Ejemplo: Si una mujer no ha llevado la dote y si algo feo ocurre en el seno de la familia, (esterilidad) sus vecinos y también su familia la regañarán, diciendo: "Te ha tocado esta suerte porque tu familia está descontenta, ya que no ha comido nada sobre ti."
La virginidad de la mujer era un honor para la familia, por tanto la chica podía conocer un chico solo después del matrimonio, es decir después de que también el marido la había conocido.
Ningún nacimiento podía ocurrir antes de la unión o cohabitación de los parientes.
Con la evolución de las costumbres y el modernismo ¿qué se nota? En todo sitio se manifiesta una crisis de la cultura tradicional y las formas tradicionales de vida familiar están en contraste con la civilización técnica actual.
El contexto antropológico de la familia africana está tan destruido en vista de una renovación que dé forma a una cultura familiar de tipo nuevo y moderno.

2. Así nosotros vivimos dos concepciones:

– la pequeña familia o familia estrecha;
– la familia ampliada o familia ancestral.

Primera concepción: “La pequeña familia o familia estrecha"
Esta concepción ha nacido de las condiciones económicas debidas a la autosuficiencia. Se ha difundido en los países europeos y de la América del Norte. En África en general, y en mi país en particular, esta concepción se desarrolla y se radica en el ambiente urbano, principalmente entre los intelectuales y los jóvenes.
Esta concepción presenta el inconveniente de la depravación sexual y la anti población. La familia estrecha también es llamada "familia conyugal". Es muy frágil y ésta fragilidad se presenta bajo dos aspectos:

a) Una existencia de amor basada en el amor recíproco de los novios
Los parientes viven la vida conyugal sin ningún compromiso definitivo. Se llega entonces a lo que se llama: "matrimonio en prueba". Los partidarios de este género de vida conyugal tienen estas motivaciones:
- el miedo de comprometerse: ya que el matrimonio tiene que durar toda la vida, los novios tienen miedo de la elección que exige sacrificios recíprocos;
- la búsqueda de un amor ideal: el cónyuge busca en su pareja un amor ideal. Un tal amor es una ilusión;
- la impaciencia de cohabitar: con el pretexto de analizarse, los jóvenes quieren convivir muy pronto, sencillamente por la prisa de acostarse juntos. La incapacidad de esperar los hace correr el peligro del matrimonio precoz.

b) El gravamen de los hijos
Esto es sustentado sólo por la pareja, sin la ayuda de los parientes o de los abuelos que, en cambio, son indispensables para la consolidación de la vida familiar.

Segunda concepción: “la familia ampliada o familia ancestral"
Ya que las costumbres de la familia africana son vastas y diferentes cuanto el continente mismo, esta segunda concepción es sin duda la más original. En la filosofía africana, la familia es caracterizada por un espíritu de vida comunitaria, una interdependencia de los miembros y sobre todo una solidaridad entre los vivos y los muertos. De este modo la familia comprende los abuelos, el padre, la madre, los hijos, a los que hace falta añadir las tías, los tíos, los sobrinos, los primos. En nuestras costumbres, el tío paternal es llamado "papá" - tata. Lo mismo sucede para el primo y la prima que son llamados, a justo título, "hermano" y "hermana."
Para mantener viva la unión con los muertos, el primer hijo de la familia es llamado automáticamente con el nombre del difunto, en su recuerdo.
La presencia en la familia de los abuelos y de las personas ancianas es una riqueza. Efectivamente, no existen asilos para ancianos o ancianatos especializadas que se ocupan de ellos (si existen, han sido importados). El abuelo, donde nosotros, contribuye a destacar los valores familiares es en él que se encuentra el carisma para establecer el puente entre las generaciones. No es, pues, una persona que descuidar, que poner aparte… es decir lejos de sus nietos.
Como indica el nombre, en la familia ampliada los novios no se dejan aislados. Son sustentados por los parientes y sobre todo por los abuelos que son testigos del estirpe.
Ejemplo: poco después de la muerte de mi madre, cada tarde me sentía mal. Según los brujos, hizo falta que yo dejara la casa paternal para ir a vivir en otro lugar. Fui acogido entonces por la hermana de mi padre, casada, madre de tres niños, con los que he vivido por tres años. Cuando regresé donde mi padre ya estaba en quinto. Durante todo el tiempo pasado donde mi tía, fui tratado como todos mis hermanos (sus hijos) y no advertí alguna diferencia con respecto a mi familia. Esto en cambio, no sucedería,en los países europeos.
En conclusión: cuando los europeos hablan de la familia y cuando nosotros africanos pronunciamos el mismo nombre, aunque el término sea el mismo, le dan sentidos diferentes.
Para ustedes la familia es "estrecha": padre, madre, hijos; para nosotros es la familia en su gran extensión. Donde ustedes, una vez casados, constituyen otra familia y dejan la suya; donde nosotros, la familia interviene también después del matrimonio. Interviene en la vida privada y eso es muy importante. Se pone, entonces, el problema de los niños, aquel de la continuidad del matrimonio y aquel de su estabilidad.
Si, por ejemplo, de este matrimonio nace un hijo, el niño no les pertenece sólo a los esposos, pertenece a toda la familia. Su educación y su evolución no son seguidas sólo por el padre y la madre, sino también por toda la familia, la "gran familia."

3. El problema de la educación

Todo nosotros asistimos a las transformaciones, a nuevas condiciones de vida y a las posibilidades inauditas para el hombre de dominar el universo.
A esta evolución del mundo se asocian hechos nuevos como los medios de comunicación, la conquista de la luna, el lanzamiento de los satélites, etcétera Por todos estos motivos, la familia renuncia a uno de los deberes que se impone a ella con fuerza y claridad: aquel de la educación de los hijos, en general, y de los jóvenes en particular. Por tanto, frente a todos estos hechos, hace falta tomar tiempo, sentarse y reflexionar.
Actualmente se asiste a menudo a la reacción benévola de los unos y de los otros, que es expresada con estas palabras: " Ya somos superados; los hijos no obedecen más, no trabajan más, ya no escuchan a nadie; no sabemos qué hacer". De otro canto los profesores se quejan: "Los estudiantes ya no saben nada; en nuestros tiempos los estudios representaban algo". Y todos rechazan la culpa. "Es culpa de los profesores", dicen los padres. "Es culpa de los padres", dicen los profesores. Y todos nosotros decimos: "Es culpa del Estado". Y decir que todos nosotros reconocemos que la educación es destruida por los medios de comunicación, llamados "escuela paralela", y que la educación impartida en la calle es más importante que aquella de los medios de comunicación. ¿Por qué, pues, somos superados? Sólo hace falta reconocer que todos somos responsables, entonces tenemos que saber sentarnos con calma, sin ninguna prejuicio y sin ninguna polémica para reflexionar y hacer luz.
¿De dónde vienen estas transformaciones?
Un tiempo, un niño nacía de una gran familia: el clan. Es en este ambiente familiar que el niño crecía. Toda su educación consistía en el enseñarle de una parte la sabiduría y las tradiciones transmitidas por los antepasados y conducidas hasta aquí por los ancianos, y de la otra conocer, y aprender todas las uniones que lo ataban a su familia y a su clan. Su orgullo mayor y su alegría más grande era de poder conocer:
– los secretos de su familia
– los viejos jefes que han precedido en su familia.
Todo este tipo de educación hacía de él un ser social, con la conciencia de pertenecer a una familia, de recibir ayuda y asistencia, de asegurarse la función primordial de transmitir la vida para la sucesión de la vida. Es en el "Mbongui" que el niño recibía consejos y pareceres. Era el lugar de reunión de toda la familia, al cual llegaban y eran discutidas todas las noticias de la familia, de la aldea, del mundo. El "Mbongui" era "el alma" de la aldea y era en el “Mbongui” que el niño recibía La mayor parte de su educación. Hoy, el "Mbongui" ha desaparecido, y con ello también muchas tradiciones. Todo eso no ha sido reemplazado nunca por algo parecido. Reconocemos que hasta ahora nada ha sido hecho para hacer revivir bajo una forma nueva esta unión privilegiada en que el niño podía crecer y desarrollarse. Pensábamos que la escuela, los movimientos juveniles y las Comunidades parroquiales pudieran asegurar, de modo válido, este cambio de la guardia, pero en vano.
He aquí porque nos corresponde a los padres crear, en el seno de nuestras familias, una atmósfera de amor y confianza para darles todo eso. Y mucho más. Se trata de una forma de educación de base. Conscientes de este papel, en mi familia procedemos de este modo:
1 – Salidas: un control sobre las salidas de cada hijo, evitando nosotros mismos de salir por primeros, lo que obliga a los hijos a quedarse en casa (eso no les impide tener diversiones).
2 – Las comidas consumadas juntos: es raro en nuestros Países que se coma junto a los hijos. No es por problemas de trabajo del padre o la madre, sino por falta de costumbre. A casa hemos fijado una hora para las comidas. Es el momento mejor para dialogar con ellos, para contarles nuestras dificultades, nuestras alegrías y nuestros dolores, y escucharlos mientras hablan de todo lo que hacen, de sus estudios, y cuentan sus necesidades.
3 – Pequeñas responsabilidades: entre los hijos más grandes, cada uno es responsable, a turno, de algo en la casa (faenas domésticas) lavar los platos, planchar la ropa, etcétera.
4 – Orar en familia: ya que los niños frecuentan escuelas hasta medio día, la tarde hacemos la oración. Para darles la costumbre, una vez a la semana, dejamos que sea uno de ellos a dirigir el ruego.
N.B: ya que esta costumbre ha sido adquirida en casa, uno de nuestros hijos, Patrick, nos ha contado que un día, en clase, mientras hizo la señal de la cruz antes de hacer la tarea, se han burlado sus compañeros.

CARLO CAFFARRA:
Al principio de esta mesa redonda se preguntó: ¿por qué el matrimonio, la familia, son el primer y fundamental recurso del hombre? Después de esta reflexión podemos contestar así: es el principal recurso del hombre porque es la capacidad que cada hombre y cada mujer tienen que hacer un regalo gratuito y total del propio ser el uno al otro. Además es porque la capacidad que el hombre y la mujer tienen en el matrimonio de cooperar con lo que es la más grande obra creadora de Dios: dar origen a una persona humana y educarla. Éste es el recurso fundamental del hombre.

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