Misteriosa es el agua
autor: Liliana Cortellini
Ministerio del Ambiente y Tutela del Territorio y el Mar
Mario Gargantini
Periodista científico y Director de Emmeciquadro
Manuela Kron
Director Corporate Affairs Grupo Nestlé en Italia
Maurizio Carvelli (moderador)
Administrador Fundación CEUR
fecha: 2015-08-22
fuente: Misteriosa è l’acqua
traducción: María Eugenia Flores Luna

MAURIZIO CARVELLI:
Agradezco a las personas aquí presentes por participar en este encuentro de presentación de la muestra Misteriosa es el agua. Introduzco este encuentro ante todo explicando por qué hemos elegido este título. La Fundación CEUR es una fundación que administra colegas universitarios de excelencia mientras la fundación EURESIS es una asociación para la promoción y desarrollo de la cultura científica. Hemos propuesto al Meeting un ahondamiento científico sobre el agua, percibiendo una conexión entre ella y el tema de la ausencia. El agua nos constituye, es sustancia de la vida y nuestro cuerpo está en gran porcentaje formado por agua. Cuando falta se advierte la sed y si hay algo que nos hace sentir en particular la falta de algo es la sed. Si no se bebe, en unos pocos días se muere. La ausencia, por eso, tenía una correlación, evidente con el agua.

Al improviso, luego, en el curso de la preparación de la muestra ha salido la encíclica del Papa Laudado Sí, una encíclica importantísima que ha respondido la atención de manera clara y evidente de aquel término - misteriosa - que habíamos elegido para atribuir al agua. Queríamos mirar el agua como un bien dado. La encíclica ha abierto nuestros ojos y nuestra atención a dos cuestiones fundamentales. La primera es la responsabilidad, porque si el agua nos es dada evidentemente respondemos a quien nos la ha dado. El Papa en tantísimas partes de la encíclica habla a menudo de custodiar lo creado, custodiar lo que nos es dado. Nos ha puesto el tema de la responsabilidad de manera clara y evidente. La segunda cosa es la cooperación. El hombre coopera con el sistema, con el ambiente, con lo que le es dado. Cooperación y responsabilidad. Por ese motivo hemos decidido hacer este encuentro. Queremos hacer a nuestros huéspedes una pregunta sobre estos dos temas, la cooperación y la responsabilidad.

Les presento a las personas que están aquí conmigo. Mario Gargantini, licenciado en ingeniería electrónica, es periodista y desarrolla su actividad como periodista y divulgador científico colaborando con varios periódicos y casas editoriales y empresas. Es miembro de la dirección de la asociación EURESIS y dirige la revista Emmeciquadro. La doctora Liliana Cortellini, que trabaja en el Ministerio del Ambiente en la dirección para las actividades relativas a la tutela y gestión de los recursos hídricos, labora en el ámbito de las comisiones internacionales instituidas por las gestiones de los recursos hídricos en las cuencas hidrográficas transfronterizas que interesan a Italia. En fin la doctora Manuela Kron, director Corporate Affairs del grupo Nestlè en Italia desde 2007 y responsable sea de las relaciones externas que de la comunicación interna. Desde abril de 2014 se encarga además del cargo de consejero para CONAI (Consorcio Nacional Embalajes, para la recuperación y reciclaje de los embalajes a base de celulosa). Abro el debate pidiendo al ingeniero Gargantini que nos haga entrar en el mundo del agua; sucesivamente me interesaría mucho comprender cómo esta responsabilidad es vivida a nivel sea europeo que italiano, desde el punto de vista de las leyes y también de las problemáticas institucionales. Gracias.

MARIO GARGANTINI:
Gracias. Desde hace tiempo al interno de la asociación EURESIS se hablaba del tema del agua para un trabajo común de ahondamiento que se pudiera traducir en una posible muestra, sin concretizar. En nuestra reflexión sobre el tema del agua nos conmovían diversos aspectos de la naturaleza de este componente natural, aparentemente muy simple pero al mismo tiempo intrigante y rico de sorpresas en una mirada científica un poco más profunda. Un elemento muy extenso y tan presente en todos los contextos de la vida y de la historia humana, factor de civilización, a veces dramáticamente presente, como amenaza y peligro, fuente de reclamos de reclamos simbólicos de sugestiones artísticas y literarias.

Luego, como ya venía señalado por Carvelli, algunos hechos nos han hecho pasar de las reflexiones a la realización de la muestra. Ante todo en el tema del Meeting, con el acento sobre la ausencia, sobre la necesidad desmesurada del hombre, sobre la sed en todos los sentidos; luego la encíclica sobre el ambiente, largamente anunciada, y luego publicada mientras estábamos ultimando la estructura de la muestra. El agua: tan necesaria, tan utilizada. Durante siglos en todas las civilizaciones el agua ha reclamado y ha atraído todas las capacidades y el ingenio del hombre para convertirla en recurso. El acueducto, en particular el romano, es el emblema de este ingenio: lograr encontrar el modo de llevar el agua donde no hay. El agua, tan necesaria: aún hoy los datos de la cuestión agua son alarmantes. Sólo por citar alguno, se estima que en el mundo más de mil millones de personas no tenemos acceso con facilidad al agua potable. Cerca de dos mil millones y medio no tenemos acceso a los servicios higiénicos de base, y esto da aún más espesor a la palabra carencia asociada al agua. El agua, tan utilizada y necesaria pero también tan estudiada; con Tales, a los orígenes de las reflexiones filosófica científica, el agua ha sido puesta al principio y base de todas las cosas. Aún - sólo para señalar, en la muestra hay una secuencia más puntual a este respecto - basta pensar en Leonardo, en cómo ha estudiado el agua en su original modo de estudiar y de conocer, hecho de arte y de observación, de diseño. El diseño para Leonardo era una modalidad de conocimiento, no sólo una modalidad de representación. Tan estudiada al punto que el estudio del agua acompaña algunos pasajes importantes de la historia de las ciencias experimentales como por ejemplo la química. Basta citar a Lavoisier que, al inicio de la química moderna seguido luego por otros, ha entendido que en el agua están presentes dos elementos básicos, el hidrógeno y el oxígeno, hasta encontrar, una obra de Avogadro, un químico italiano, la formula H²O, quizá la única fórmula química que todos conocemos. Un premio Nobel de poco más de diez años ha hecho el gran descubrimiento de las acuaporinas es decir de canales que regulan el transporte del agua a través de membranas biológicas; una combinación de conocimientos químicos, físicos y biológicos en una visión moderna de la ciencia. El agua ha marcado etapas importantes del conocimiento.

E incluso, aunque tanto estudiada, aún así misteriosa. El título de Romano Guardini, tomado de Los santos signos, del cual hemos tomado inspiración para el título de la muestra es significativo y lo quisiera releer porque logra condensar en pocas palabras tantos aspectos. Dice: “Misteriosa es el agua, simple límpida, desinteresada, dispuesta a limpiar lo que es sórdido, a restaurar lo que está sediento. Y al mismo tiempo profunda, insondable, inquieta, llena de enigmas y de fuerza. Imagen adecuada de los fecundos abismos de los cuales brota la vida e imagen de la vita misma que parece tan clara y es tan misteriosa”. Subrayar estos aspectos significa resaltar un carácter típico de cada investigación y de la actitud científica, que es movida por la curiosidad y se desarrolla haciendo preguntas tratando de resolver los enigmas. Esta curiosidad nace por el tropezarse en cosas nunca vistas, en fenómenos, en extrañezas imprevistas y sorprendentes.

El agua no tendría que existir en nuestro planeta. Los estudios de planetología del origen de nuestro sistema solar indican que en la posición que ha ocupado la Tierra en origen, el agua no lograba resistir cerca del Sol, que era demasiado caliente. No existían por tanto las condiciones para poder mantener el agua al estado líquido. El agua es aún mucha pero relativamente poca: cubre los dos tercios de la superficie del planeta pero su masa es sólo el 0,02% del total. Si imagináramos drenar el planeta, y reagrupáramos de golpe todas las aguas superficiales de la Tierra metiéndolas en una bola, tendremos una relación absolutamente desproporcionada respecto a la superficie terrestre. Toda el agua se reagruparía en una pequeña esfera que podríamos colocar sobre Alemania, en medio de Europa. Es tanta pero en cierto sentido es poca. No sólo: como se verá en la muestra en un modelo, el agua dulce disponible es aún menos y el hombre utiliza una parte infinitesimal. Es un recurso escaso por considerar con atención.

El dato de todas formas es que el agua existe aunque no habría debido existir. Pero entonces ¿cómo ha llegado a la Tierra? Aquí hay diferentes hipótesis de estudio. Algunas hacen pensar que el agua puede haber llegado de lo alto, de lejos – el universo está lleno de agua. Puede haber llegado, por ejemplo de los cometas, que son enormes cuerpos celestes helados, que además atraviesan a lo largo y ancho el sistema solar; el impacto con un cierto número de cometas habría podido llenar de agua la Tierra. Pero los primeros datos de la sonda Rosetta, que ha encontrado un cometa y está aún allí, parecen contradecir estas hipótesis porque el tipo de agua que hay en los cometas no sería coherente con aquella que hay sobre la Tierra. Más fácil pues que hayan sido algunos asteroides, grandes peñas que pueblan nuestro sistema solar, que han bombardeado la tierra en épocas remotas. Además algunos asteroides gruesos son objetos de misiones espaciales, ¡quizá en los próximos años se descubra algo a propósito! La pregunta por tanto queda abierta, la interrogante sobre cómo el agua haya llegado queda abierta y la búsqueda continúa sondeando la realidad a más niveles. La naturaleza ciertamente es misteriosa: no tanto en sentido un poco mágico y puramente emocional como tanta divulgación propone, sino porque revela una alteridad, una profundidad insondable evidente también en lo que es más común, como el agua. En esta bajada en profundidad sin embargo no está sólo la naturaleza; hay otro elemento en juego, otro factor que es el sujeto que conoce y que decide mirar la naturaleza en cierto modo, poner ciertas preguntas. Decide cómo interrogarla. Sobre este punto, el tema del Meeting nos ha ofrecido el trayecto según el cual nuestro objeto, con el cual atravesar tantos aspectos que ya nos habían estimulado e intrigado. La vía que hemos elegido es aquella de la sed, como experiencia humana común a todos. En un modo más o menos agudo, todos hemos hecho y hacemos experiencia y todos podemos reconocer que la sed de agua es emblemática de una sed y de una necesidad más grande que continuamente emerge. Es una experiencia radical que va a las raíces, a las fuentes de lo humano que significa carestía, deseo, necesidad de todas aquellas valencias que el agua fácilmente reclama: pureza, claridad, limpidez, frescura.

Por esta radicalidad, el agua está presente en todas las culturas, en todas las cosmogonías y las reconstrucciones del origen del hombre, en los mitos, en las varias culturas y religiones. Sondar el tema del agua a través de la interpretación de la sed hace emerger muchos aspectos también científicamente relevantes y por ciertos aspectos también nuevos que nos han conmovido. Cito sólo uno, que deriva de los conocimientos conjuntos de biología, química y fisiología.

No sólo el agua es componente fundamental y predominante de nuestro cuerpo y es fundamental para la vida; el estudio de las propiedades del agua y de los mecanismos con los cuales los habitantes sacian la sed hace emerger una extraordinaria sorprendente comunidad entre todos los habitantes. Todos los organismos vivientes, desde la más pequeña célula al más grande mamífero, del primer organismo aparecido en la Tierra hace tres mil millones y medio de años al último habitante del planeta, sacian su sed; saciamos la sed del mismo idéntico modo, con un mecanismo igual. Todos somos hermanos del agua, en cierto sentido. Este elemento nos reúne y agrega una razón más, si hubiera necesidad, para tutelar y proteger este bien natural que nos es dado y que concierne a todos. Estas consideraciones nos invitan a alargar la mirada, nos llevan al tema más amplio y general de la naturaleza y de nuestra relación con la naturaleza. Ha ocurrido el evento de la Encíclica Laudato Sí, que nos ha ayudado a encontrar el contexto y la perspectiva más adecuada al interno de aquel enfoque que papa Francisco llama ‘de la ecología integral’ y que propone a todos. Me limito a indicar tres puntos sintéticamente. La naturaleza es un don, en cada elemento suyo, por tanto también el agua es un don. El papa dice: “El mundo – nosotros podemos decir el agua - es algo más que un problema por resolver. Es un misterio grandioso que contemplamos en la alegría y en la alabanza”. Segundo elemento: una profunda unidad de toda la realidad, en todos los aspectos que hemos visto, de aquellos más especulativos de investigación teórica a aquellos más aplicativos fruto del ingenio humano. Una unidad por reconocer y por perseguir contemporáneamente en el propio obrar.

El papa escribe: “Todo está conectado. Si el ser humano se declara autónomo respecto a la realidad y se constituye dominador absoluto la misma base de su existencia, se desmorona”. En fin, el sentido y el cuidado de la morada común, como está también en el título de la encíclica, de una pertenencia común. El papa dice: “La interpretación correcta del concepto del ser humano como señor del universo es aquella de entenderlo como administrador responsable”. Administrador responsable de un recurso como el agua, con todos los problemas que comporta. Concluyo. En este camino de investigación y de conocimiento que la muestra recorre nos hemos dado cuenta siempre más que aquello de lo cual está sediento nuestro corazón es del agua que brota para la vida eterna, que lo que puede apagar verdaderamente nuestra sed es algo más. Podemos darnos cuenta que deseamos encontrar alguno que nos ofrezca un agua así; personalmente, me siento de añadir que, como estamos viendo en estos días y como nos ha recordado papa Francisco en la parte final de su mensaje al Meeting, un encuentro de este tipo es posible. Gracias.

MAURIZIO CARVELLI:
Te agradezco Gargantini también porque pienso que tenemos una idea un poco más clara de qué cosa quiera decir que el agua es misteriosa. Ahora paso con ganas la palabra a la doctora Cortellini. Adelante.

LILIANA CORTELLINI:
Buenas tardes a todos. Agradezco a los organizadores por esta invitación y por la oportunidad de abordar el tema del agua en este contexto. Las palabras que hemos escuchado también hace poco, con respecto a la ausencia, con respecto al agua como elemento misterioso, con respecto a la sed, son particularmente oportunas y estimulantes también del punto de vista institucional. En el sentido que la ausencia es un elemento crítico, no sólo para la salud y el bienestar del hombre, sino es un elemento extremamente crítico también para el ambiente, para la tutela del ambiente. El concepto de ‘misterioso’ nos lleva, a través de la evolución de la normativa, a ver cómo, con los años, el concepto de calificar el estado y la calidad del agua ha sufrido una evolución para concentrarse siempre más puntualmente en todas las múltiples funciones que el agua es capaz de desarrollar. La cuestión de sed, aún conectada al tema de la ausencia, es fundamental para el ambiente porque no existe un ambiente sano, un ambiente acuático sano, un ecosistema acuático sano si no hay una cantidad de agua suficiente para sostenerlo. No existe un ambiente en grado de desarrollar adecuadamente todas las sus funciones si no hay flujo de agua suficiente para sostenerlo. Quisiera comenzar mi exposición mencionando algunos números que nos pueden decir dónde estamos, dónde estamos yendo a nivel global. El agua es indispensable para la vida: es un recurso esencial para la humanidad, produce y sostiene la prosperidad económica y social y es un elemento central para los ecosistemas naturales y para la regulación del clima.

El agua no es un producto comercial a la par de los demás, sino representa un precioso recurso natural que debe ser administrado y protegido, vital para las presentes y futuras generaciones (Directiva 2000/60/CE). Los ciudadanos europeos están conscientes y preocupados por el deterioro de la calidad de las aguas. En una encuesta conducida en 25 Países a través del instrumento del llamado “Eurobarómetro” en mérito a los problemas ambientales más sufridos por los ciudadanos europeos, cerca del 50% de los entrevistados ha indicado que “la contaminación de las aguas” constituye el problema más preocupante (con puntas hasta del 70% en algunos Países). Tal preocupación es justificada. La salud humana y la conservación del ambiente son estrechamente dependientes de la disponibilidad de agua de buena calidad y en cantidad suficiente. La contaminación de las aguas y su escasez determinan, en efecto, no sólo riesgos para la salud, sino dañan también los ambientes acuáticos, las zonas húmedas y los ecosistemas terrestres que dependen del agua y representan una ulterior presión para los hábitat y las especies, ya a riesgo a causa de los efectos de la urbanización y de los cambios climáticos.
La disponibilidad de agua de idónea calidad, en cambio, se reduce e irá disminuyendo ulteriormente también a causa de los efectos de los cambios climáticos. El agua dulce constituye sólo cerca del 2% de los recursos hídricos del planeta y, dadas las presiones de la competencia, se estima que dentro del 2030 la demanda global de agua pueda superar el 40% la efectiva disponibilidad (“Charting our water future”, una relación del “2030 Water Resources Group”, disponible en la dirección http://www.mckinsey.com/client_service/sustainability/latest_thinking/charting_our_water_future).

La calidad de los recursos hídricos es amenazada por la contaminación, por la extracción excesiva, por las alteraciones hidromorfológicas determinadas por las actividades humanas. Con el fin de asegurar la tutela y protección de los recursos hídricos es necesario operar a través de adecuadas políticas. A este propósito disponemos hoy de un orgánico y articulado cuadro normativo, que encuentra su base en el derecho comunitario. El agua, en efecto, no tiene confines. Los ríos (y la contaminación) atraviesan las fronteras nacionales y, en muchos casos, diversos Estados antes de alcanzar el mar. Para una eficaz acción de tutela es necesaria una acción a nivel europeo y no es suficiente operar en base a meros confines administrativos sino es necesario considerar el entero sistema fluvial, de las fuentes, a los afluentes, hasta la desembocadura.

En la Unión Europea las cuencas hidrográficas han sido subdivididas en 110 unidades de gestión (distritos hidrográficos). De estos, más del 40% son internacionales y abarcan más del 60% del territorio de la Unión. En muchos casos las cuencas internacionales involucran también Países que no pertenecen a la Unión Europea. Pensemos, por ejemplo en la Cuenca hidrográfica del Danubio, que abarca bien 19 Países (entre los cuales también una pequeña porción del territorio italiano), de los cuales 8 no pertenecen a la Unión Europea. También en Italia están presentes cuencas internacionales, por ejemplo la Cuenca del Isonzo que es compartida entra Italia y Eslovenia. Aguas internacionales son también aquellas de los grandes lagos alpinos, como el Lago Mayor o el lago de Lugano, que son patrimonio compartido entre Italia y Suiza. Algunos números para dar una idea de los usos del agua en la Unión Europea: cada año son extraídos de las reservas hídricas superficiales y subterráneas de la UE, cerca de 247.000 millones de m3 de agua (torrentes, lagos y ríos). Una cuota conspicua del agua extraída (el 44 %) es destinada a procesos de enfriamiento en el sector de la producción de energía, y refluye la mayor parte en los cursos de agua. Los procesos conectados a la agricultura y a la producción alimentaria utilizan el 24% del agua extraída. Este porcentaje aumenta sustancialmente en los Países de Europa meridional, aun hasta el 80% (en Italia estamos en orden del 60%). El 17% del agua extraída es destinada al aprovisionamiento público (usos domésticos, sector público y pequeñas empresas) y el 15% es utilizado con fines industriales. Mitad del agua empleada para usos productivos es utilizada en el sector químico y en las refinerías de petróleo, la mayor parte de cuanto queda va a las industrias metalúrgicas, alimentarias y del papel.

La Unión Europea ha desarrollado, a partir de los años setenta, una política para la protección de las aguas que ha progresivamente evolucionado y constituye la base de las leyes nacionales. Las primeras directivas europeas, adoptadas a mitad de los años 1970, han fijado algunos requisitos de calidad, basados en parámetros químicos, físicos y microbiológicos, mirados a calificar la idoneidad de las aguas para usos específicos, por ejemplo las aguas de balnearios, las aguas destinadas a la pesca y a la moluscocultura, las aguas destinadas al consumo humano, las aguas superficiales utilizadas para la producción de agua potable. Además, una directiva, por muchos años principal instrumento de contenido de las emisiones industriales, proveía para definir las normas para la descarga de sustancias peligrosas en el ambiente acuático. En los años ochenta, frente a graves fenómenos de eutrofización (crecimiento anormal de algas debida al enriquecimiento de nutrientes, azoto y fósforo) encontradas en el Mar del Norte, en el Mar Báltico en algunas partes del Mar Mediterráneo (por ejemplo en el Mar Adriático) resultó evidente la insuficiencia de un enfoque basado sólo en estándares de calidad y la necesidad de intervenir en las principales fuentes de contaminación. En 1991 han sido emitidas, por tanto, dos directivas para reducir la contaminación respectivamente de las descargas civiles y de la agricultura. La directiva sobre el tratamiento de las aguas refluye urbanas (Directiva 91/271/CEE del Consejo, del 21 de mayo de 1991, concerniente al tratamiento de las aguas residuales urbanas. Gazzetta oficial n. L 135 del 30/05/1991) impone a los Países invertir en infraestructuras para recoger y tratar las aguas residuales en las áreas urbanas, la directiva sobre los nitratos (Directiva 91/676/CEE del Consejo, del 12 diciembre de 1991, relativa a la protección de las aguas contra la contaminación provocada por los nitratos provenientes de fuentes agrícolas) impone a los agricultores limitar las cantidades de fertilizantes con contenido de azoto aplicados a los terrenos. También el sector industrial, a mitad de los años noventa, ha sido objeto de una específica norma, la directiva sobre la prevención y la reducción integrada de la contaminación (IPPC), mirada a reducir al mínimo las contaminadas descargas de las plantas industriales de grandes dimensiones.

A fin de hacer más coherente el conjunto deshomogéneo de políticas y normativas, en 2000 la UE ha adoptado la directiva cuadro en materia de aguas. Con la Directiva Cuadro sobre las aguas 2000/60/CE (Directiva 2000/60/CE del Parlamento europeo y del Consejo, del 23 de octubre de 2000, que instituye un cuadro para la acción comunitaria en materia de aguas. Gazzetta Oficial n.L327 del 22/12/2000) la política en materia de aguas ha cumplido un ulterior progreso para proteger todas las aguas, restablecer las aguas contaminadas y asegurar el utilizo sostenible a largo plazo de los recursos hídricos. La directiva establece que la gestión de las aguas deba ser efectuada en base a las cuencas hidrográficas, que constituyen las unidades geográficas e hidrológicas naturales, impone la elaboración y la periódica revisión de planes de gestión para cada distrito hidrográfico, y establece objetivos y vencimientos, dejando flexibilidad a los Países en mérito a las modalidades de alcance de tales objetivos y a medidas para establecer en campo. En particular, como regla general, en diciembre de 2015 las aguas superficiales y subterráneas deben alcanzar el “buen estado”. Esto significa, para las aguas superficiales conseguir el buen estado ecológico (el “estado ecológico”, como definido por la Directiva 2000/60/CE es una expresión de la calidad de la estructura y del funcionamiento de los ecosistemas acuáticos asociados a las aguas superficiales) y químico (para la evaluación del cual han sido definidos los estándares para 45 sustancias, llamadas prioritarias), para las aguas subterráneas conseguir el buen estado químico y cuantitativo.

La directiva ha hecho justo el enfoque según el cual sólo a través de la tutela de las funcionalidades de los ecosistemas acuáticos es posible asegurar en manera duradera una disponibilidad de agua adecuada para diversos usos. En los cuerpos hídricos, entendidos como ecosistemas, ocurren en efecto aquellos procesos de dilución, biodegradación y auto-depuración que consienten tender al “cierre” del ciclo de las aguas, asegurando la renovación del recurso y la sostenibilidad del desarrollo. En tal sentido los impactos de las actividades humanas deben ser mitigados para permitir a los cuerpos hídricos desarrollar tales funciones. El “buen estado” representa la condición en que se registra una alteración modesta respecto a la situación de total ausencia de impacto antrópico. La directiva marco, además, establece principios innovativos de gestión de las aguas, como la participación del público en las actividades de planificación, la recuperación de los costos de los servicios hídricos a cargo de los varios sectores de empleo y la aplicación de políticas de los precios aptos a incentivar un uso eficiente de los recursos. A la luz de la evolución de las normas para proteger nuestras aguas, ¿cuál es el estado de las aguas hoy?

Ciertamente ha habido mejoras en la calidad. Por ejemplo, los datos de la Agencia Europea para la Protección del Ambiente muestran una sensible reducción en la concentración de azoto y fósforo (responsables de los fenómenos de eutrofización) en las aguas superficiales europeas; también los reportes anuales sobre la calidad de las aguas de balneario muestran un continuo mejoramiento. Sin embargo, los datos disponibles demuestran que queda aún mucho por hacer para asegurar una calidad satisfactoria de nuestro ambiente acuático y un uso sostenible del recurso hídrico. En base al análisis desarrollado en 2012 por la Comisión Europea sobre los planes de gestión de las aguas de las cuencas hidrográficas elaboradas por primera vez a fines del 2009 [COM (212) 670 final. Relación de la Comisión al Parlamento Europeo y al Consejo concerniente a la actuación de la directiva cuadro sobre las aguas (2000/60/CE)]. Planes de gestión de las cuencas hidrográficas, al momento de la publicación de los planes, el 43% de los cuerpos hídricos europeos resultaba en buen estado y sólo el 53% alcanzará el objetivo de buen estado dentro el 2015. La contaminación, las muestras excesivas que determinan un desequilibrio del balance hídrico, el degrado hidromorfológico son aún hoy problemas relevantes que comprometen el estado de las aguas y los ecosistemas acuáticos. Ellos inciden negativamente en las actividades económicas, en particular a través de la conexión agua-producción alimentaria y de energía.

Concerniente a la suficiente disponibilidad de recursos hídricos, el cuadro es preocupante, porque la escasez de agua se está difundiendo en toda Europa, aunque es más marcada en los Países mediterráneos. Además un número creciente de Países es afectado siempre más a menudo por fenómenos extremos (aluviones, sequía). A fin de responder a tales desafíos, la Comisión ha publicado en noviembre de 2012 el “Plan para la salvaguardia de los recursos hídricos europeos” [el llamado Blueprint, Comunicación COM 2012 (673) final] con el objetivo estratégico de garantizar la disponibilidad de agua de buena calidad y en cantidad suficiente para satisfacer las exigencias de los ciudadanos, de la economía y del ambiente. El Plan evidencia que se deben intensificar los esfuerzos por reducir la contaminación de las aguas y las muestras hídricas excesivas para la producción agrícola y energética y enfrentar eficazmente los impactos derivados del uso del suelo y de los cambios climáticos. Es necesario adoptar medidas más urgentes para proteger los recursos hídricos hacer más eficiente el utilizo de los recursos.

Para tal fin se debe actuar en diversos niveles:

‒ mejorar la actuación de la política hídrica de la Unión Europea aprovechando todas las oportunidades ofrecidas en el cuadro de la legislación en vigor: por ejemplo, se debe ampliar la difusión de las medidas de retención natural de las aguas, como el restablecer de zonas húmedas y llanuras aluviales, y asegurar un aplicación más eficaz del principio del "quien contamina paga" recurriendo a la medición del consumo de agua, a una tarifa de las aguas y a un mejor análisis económico;

‒ integrar mayormente los objetivos de política hídrica en otros sectores estratégicos correlativos, como la agricultura, la pesca, las energías renovables, los transportes y los Fondos de cohesión y estructuras. Por ejemplo, en la evaluación de impacto de la producción de energías renovables a través de plantas hidroeléctricas, incluidas las instalaciones de baja potencia en pequeños arroyos de agua de montaña, y sistemas a biomasas tienen que ser más cuidadosamente evaluados los efectos en los cuerpos hídricos. Las plantas hidroeléctricas están en efecto entre las principales fuentes de presión hidromorfológica. También la producción de biomasas para la producción energética, en el caso de empleo de cultivos a elevada demanda de agua y fertilizantes (como por ejemplo el maíz) puede determinar relevantes impactos en cuerpos hídricos que tienen que ser cuidadosamente evaluados en la regulación de los pertinentes Planes de desarrollo y en las políticas de incentivación.

‒ incrementar la eficiencia hídrica, estableciendo objetivos en materia de contabilidad de las aguas y de eficiencia hídrica y estándares europeos para el reutilizo de las aguas residuales depuradas.
El agua y los servicios a ella conectados representan también una formidable oportunidad de crecimiento y desarrollo de una “industria verde”. Una mejor tutela y una eficiente gestión de las aguas consentirían, en efecto, aprovechar completamente el potencial de desarrollo de la industria hídrica de la Unión Europea y garantizar la prosperidad de los numerosos sectores económicos que dependen de la disponibilidad del agua de adecuado nivel de calidad, sosteniendo por tanto el crecimiento y la creación de nuevos puestos de trabajo. Con referencia a la industria hídrica, por ejemplo, el “Plan para salvaguardar los recursos hídricos europeos” evidencia que el sector europeo del agua comprende 9.000 Pequeñas Medianas Empresas activas, y cuenta, en el único sector de las sociedades de abastecimiento hídrico, 600.000 puestos de trabajo directos. El crecimiento ecocompatible tiene buenas perspectivas también en otros sectores relacionados al sector hídrico (industrias que utilizan agua, desarrollo de tecnologías en ámbito hídrico, etc.), en que la innovación puede aumentar la eficiencia operativa. Los cambios climáticos tienen un impacto significativo en los recursos hídricos, y algunos de estos efectos desgraciadamente son ya visibles, como documentado en el documento técnico del “Intergovernamental Panel on Climate Change”: “los registros observados y las proyecciones climáticas proporcionan abundantes pruebas que los recursos de agua dulce son vulnerables y tienen el potencial para ser afectadas duramente por los cambios climáticos, con consecuencias a amplio espectro para la sociedad y los ecosistemas”. Muchos Países (incluso Italia) sufrirán más frecuentemente los impactos negativos derivados de fenómenos como: el aumento de las inundaciones alternadas a períodos de sequía, la escasez del agua potable, la intensificación de fenómenos de erosión y sedimentación, la reducción de los glaciares y de los mantos de nieve, el aumento del nivel del mar y el daño a la calidad del agua y a los ecosistemas. Además, el impacto de los cambios climáticos en los recursos hídricos tendrá efectos directos en la salud humana y en muchos aspectos de la economía y de la sociedad, sobre todo en los sectores que tienen una estrecha relación o interdependencia del agua, como la agricultura, la energía, la navegación, el turismo y naturalmente el ambiente en general.

La inactividad podría poner en riesgo el desarrollo sostenible: durante solo los primeros años de 2000 los desastres ambientales relacionados al agua en el mundo han provocado la pérdida de millares de vidas y graves daños económicos. Por otro lado las ventajas potenciales de una rápida y oportuna acción serían notables, como el aumento de nivel de protección, la preparación preventiva y otras medidas de adaptación.

Italia, recientemente, ha mostrado toda su vulnerabilidad ante los efectos de los cambios climáticos y al verificarse siempre con mayor frecuencia de eventos meteorológicos extremos como sequías e inundaciones. También recientemente la sequía experimentada en el periodo julio-agosto ha reducido en modo preocupante el cauce de los grandes ríos alpinos y del río Po, con efectos de ingreso de la cuña salina en las faldas del área del delta (y por tanto su salinización e imposibilidad de utilizo para la irrigación en territorio Emiliano Véneto), dificultad de abastecimiento hídrico para los acueductos que se alimentan del Po (por ejemplo, aquel de Ferrara), carencia de agua por la irrigación y pérdida de cosechas, conspicuas pérdidas productivas en zootecnia. Siempre en las últimas semanas, a causa de la sequía y del calentamiento excesivo en ambientes acuáticos particularmente vulnerables como algunos lagos (por ejemplo recientemente el Lago de Iseo) y las lagunas costeras (como la Laguna de Orbetello) se han verificado graves fenómenos de proliferación de algas y carencia de oxígeno con consecuencias pesantes para el ambiente y las actividades económicas (acuicultura, pesca y turismo). En mérito es necesario intervenir con eficacia para racionalizar el uso de los recursos hídricos, dando prioridad a la intervención en los sectores más hidroexigentes, como aquel agrícola que emplea más del 60% de los recursos hídricos, para asegurar que los recursos disponibles sean utilizados de manera siempre más eficiente. Es también necesario intervenir para limitar malgastar en el sector de la distribución de las aguas para uso civil, reduciendo las pérdidas en las redes que constituyen aún un porcentaje conspicuo del agua extraída (37% según los datos del ISTAT). También para el agua vale la jerarquía: ahorro, reutilización, reciclaje. Con respecto a los eventos extremos es necesario mejorar y afinar siempre más los mecanismos de preparación.

Para la cuenca del río Po, por ejemplo, después de la gravísima sequía de 2003, ha sido constituida una sala de control que involucra a los principales actores de intereses y se vale de instrumentos modelo para la prevención de la evolución de las corrientes y la simulación de los efectos de escenarios de uso conservativo de los recursos hídricos cuando las condiciones hídricas de la cuenca lo requieran. En fin, una mirada a las convenciones internacionales como instrumento de Gobierno para la prevención de los conflictos en la gestión de los recursos hídricos. El 60% de las aguas dulces mundiales tiene carácter transfronterizo y cerca del 40% de la población vive en cuencas hidrográficas o lacustres internacionales. Más de 260 cuencas hidrográficas involucran a dos o más Estados, pero sólo un tercio de estos está cubierto por mecanismos de gestión de las aguas sostenibles y colaborativas.

Si examinamos el catálogo de las guerras por el agua preparado y actualizado por el “Pacific Institute” se evidencia que son señalados 343 conflictos y que las disputas y las crisis se están intensificando, en los últimos años. Ellas conciernen a casi todas las áreas geográficas.

También con el fin de prevenir las crisis en la gestión de los recursos hídricos superficiales y subterráneos transfronterizos es oportuno aprovechar los mecanismos de colaboración ofrecidos por las Convenciones Internacionales sobre las Aguas y promover y difundir la adhesión.
En el ámbito de la ONU-ECE, la Convención para la protección y la utilización de los cursos de agua transfronterizos de los lagos internacionales, adoptadas en Helsinki en 1992 y puesta en vigor en 1996, actualmente presidida por Italia, tiene la finalidad de proteger y asegurar la cantidad, la calidad y uso sostenible de los recursos hídricos transfronterizos, facilitando y promoviendo la cooperación entre los Países. En 2013 un enmienda ha abierto la posibilidad de aplicación de la Convención a todos los países de la ONU.

La Convención exige a los Países adherentes (hasta hoy 40) cumplir determinadas obligaciones para la adhesión a principios generales, a acciones concretas:

‒ prevenir y controlar los impactos desfavorables al ambiente, la salud humana y las condiciones socio-económicas;

‒ gestionar las aguas comunes de manera justa y razonable, según principios ecosistémicos aplicando un enfoque de prevención y el principio “quien contamina paga”;

‒ preservar y restablecer los ecosistemas;

‒ conducir evaluaciones de impacto, definir planes de emergencia, establecer objetivos de calidad para los cuerpo hídricos y minimizar los riesgos di contaminación accidental de las aguas.

La Convención exige a los Países que comparten aguas transfronterizas concluir acuerdos bilaterales o multilaterales y crear apropiadas instituciones, por ejemplo Comisiones para los lagos y ríos compartidos, para desarrollar adecuadamente las tareas previstas por la Convención. Además, los Países que comparten aguas transfronterizas deben instituir y conducir programas de monitoreo y a intervalos regulares conducir programas coordinados o comunes de evaluación de las condiciones de las aguas compartidas y de la eficacia de las medidas asumidas para prevenir, controlar y reducir los impactos transfronterizos.

La Convención puede contar con un sistema probado de governance, así como de una experiencia de más de veinte años de actuaciones en la región pan-Europea. En ámbito Naciones Unidas, la Convención sobre la ley relativa al uso de los cursos de aguas internacionales para fines diferentes de la navegación adoptada en 1997, entrada en vigor en agosto de 2014, representa otro instrumento disponible que sería visto como complemento a la primera, en la óptica de abastecer un paquete de legislación internacional en la materia en grado de satisfacer los exigencias y necesidades de los Países interesados. Hasta hoy 60 Países han ratificado una o ambas Convenciones; 133 Países no se han adherido a ninguna de ellas. Italia promueve el utilizo de las Convenciones internacionales para la gestión de los recursos hídricos transfronterizos, siguiendo también las indicaciones de las Conclusiones del Consejo de la UE en julio de 2013.

MAURIZIO CARVELLI:
La doctora Cortellini nos ha hecho comprender qué cosa quiere decir la cooperación que permite juntar tantos intereses, de la agricultura a las industrias, a los ciudadanos. A nivel nacional e internacional, el problema es muy complejo, mucho más de aquello que nosotros a veces imaginamos. Doctora Kron a usted la palabra.

MANUELA KRON:
Gracias, buenas tardes. También yo agradezco por haberme dado la oportunidad de hablar de qué cosa logramos hacer en la industria a propósito del agua. Así como tengo plena consciencia de estar entre ustedes y su cena - y ninguno mejor que nosotros entiende cuándo es importante nutrirse y beber - veré de no abusar de su tiempo. Nestlé es la empresa alimentaria más grande del mundo y como empresa más grande del mundo nos basamos en cuatro puntos. Primero: nuestras producciones. Somos una empresa de segunda trasformación, es decir hacemos productos que vienen empaquetados y vendidos en los supermercados. Dependemos mucho de la agricultura; uno de nuestros productos fundamentales es el café y visitando la muestra verán que el café es una de las cultivaciones que más absorbe agua. Tenemos tantas plantas productivas: hay cuatrocientas cuarenta plantas en el mundo que funcionan también con agua, y por tanto allí tenemos deberes. En varias partes del mundo tenemos la custodia de algunas fuentes de agua mineral. Estudiando la alimentación humana, las reacciones de nuestro cuerpo, sabemos cuánto es importante beber, y somos afortunados en tener acceso al agua corriente en casa. Sabemos cuánto es importante poder tener acceso al agua. Como les decía, somos los más grandes del mundo pero haciendo todos los productos confeccionados de segunda transformación, ¿según ustedes con cuánto contamos? Contamos por lo menos con el 2%, quien sigue después de nosotros es 40% más pequeño que nosotros, saquen su cuenta. Las primeras veinte empresas alimentarias del mundo cuentan con menos del 10% del alimento producido que ustedes pueden comprar en los negocios. Nosotros somos grandes o somos pequeños, depende de cómo se quiera mirar.

Cuando he llegado a Nestlé, he visto por ahí una especie de mantra: “cada gota cuenta”. Está escrito por todas partes: en las oficinas en las empresas. Cada gota cuenta porque para Nestlé el ahorro hídrico es una cosa importante. Les he dicho de la agricultura: nosotros compramos las materias primas, no las producimos y no tenemos ninguna cultivación en ninguna parte del mundo. Pero para Nestlé es importante tratar de hacer ahorrar el agua. Tenemos mil agrónomos que dan el propio trabajo a nuestros abastecedores. El agua es uno de los puntos fundamentales: en nuestro centro en Suiza hay una veintena de personas que se dedican sólo a esto, a estudiar cómo ayudar a los agricultores, más o menos evolucionados, a usar mejor el recurso agua. Por ejemplo, hemos ayudado a los cultivadores etíopes, que pueden hacer un café buenísimo pero no tienen agua. Allí hemos así ayudado a cultivar plantas que consumen hasta el 80% en menos del agua necesaria para las producciones. También en Italia hemos hecho proyectos para cultivar tomates que consuman menos agua, en colaboración con el C.I.O. (Consorcio Nacional Hortofrutícola). Por tanto, en el mundo de la agricultura, tratamos de hacer eso.

Como les decía, tenemos cuatrocientos cuarenta plantas en el mundo. Nestlé en 2005, antes que se iniciara a hablar así tanto del problema agua, ha puesto como objetivo dentro de 2015 usar en nuestras empresas el 40% menos de agua por tonelada producida. Hemos logrado: con los datos a 2014, puedo decir que hemos llegado al 38% en menos, y que por tanto en 2015 llegaremos tranquilamente a nuestra meta. Pero no ha terminado aquí. Mientras alcanzábamos este objetivo, nos hemos formulado otro: ¿se logra hacer fábricas que no consuman agua? No que no la usen, que no consuman; ¿si tienen cien litros de agua, continuo a usarla, haciendo productos que sigan las normas sanitarias vigentes? La respuesta es sí. Hemos inaugurado en México y California nuestras primeras fábricas que no consumen agua. El desafío ahora es aquel de hacerlas también en Italia. En Italia cada año hemos disminuido el uso de agua. En los últimos tres años, el consumo ha disminuido del 25%. A este punto deseamos ir aún más allá. Tenemos también las industrias de las aguas minerales, que son uno de los productos más mágicos que existan; es allí que he percibido cuánto es verdaderamente mágica el agua.

Ahora estamos aquí bebiendo agua: ¿saben desde hace cuántos años ha caído esta agua antes de terminar en el vaso? ¡Diez años! Desde el momento en que la gota ha caído en la falda y se carga de sales minerales, para regresar a la superficie y ser embotellada pasan al menos diez años. Esto hace que ella se convierta en un producto único, que va protegido de los agentes contaminantes atmosféricos. Les decía de la hidratación. Recuerdo a mi mamá que cuando yo me enojaba de niña me decía que bebiera un vaso de agua. ¿Saben que es verdad? Si no bebemos bastante, si no estamos bastante hidratados, nos volvemos más irritables, no razonamos bien, nuestro cerebro va más lento. El consejo de la abuela o de la mamá era sabio: beber agua influye en nosotros a un nivel que yo no sospechaba siquiera. Además, he visto con gran placer que esto viene también indicado también en la muestra. Gastamos mucho dinero para poder explicar a las personas cuánto es importante hidratarse, no sólo beber sino beber en modo justo. Las personas son nuestra manía: hacemos cursos a nuestro personal para explicar cuánto es importante hidratarse de manera correcta. Como he dicho antes, como empresa somos grandes pero somos también pequeñísimos: hemos calculado que nuestro consumo de agua anual es el 0,0000001. Sin embargo hemos también aprendido que hay muchas inversiones a nivel mundial sobre este recurso. Si nos comprometemos a trabajar, como industrias, como instituciones y como ciudadanos, quedará más agua y extraeremos todos los beneficios. Gracias.

MAURIZIO CARVELLI:
La idea de responsabilidad que nos decía la doctora Kron, que agradezco, se refiere muy bien al principio de subsidiariedad indicado en la encíclica: cada una de las posiciones que tiene, que sea una empresa o un ciudadano, ejercita un poder, una posibilidad de ahorro y de responsabilidad hacia el bien común. En la encíclica, el Papa detalla las modalidades con que cada uno por sí mismo puede hacer algo. Cerraría este encuentro con una vuelta veloz haciendo a cada uno de ustedes una pregunta. En la muestra se dice que en toda la Tierra hay un millón, trecientos ochenta y seis millones de kilómetros cúbicos de agua. El agua dulce utilizable por el hombre es el 0,03%, el agua dulce utilizada por el hombre es el 0,001%. La pregunta es: ¿el problema de la falta del agua es un problema real, un problema accesible? Muy a menudo estamos sujetos a alarmismos particulares. No vivimos en un desierto, vivimos en el mundo occidental donde el problema del agua en algún modo es gestionado, si bien con todas las problemáticas que han mencionado. ¿Aquel de la escasez de agua es un problema real o la tecnología que tenemos está en grado de apoyarnos y ayudarnos en el crecimiento? Antes la doctora Cortellini.

LILIANA CORTELLINI:
Seguramente nos debemos preocupar por las razones que yo misma he expuesto. Están cambiando los pattern, es decir las estructuras, de las precipitaciones y las cantidades que hacen efectivamente disponible el agua para utilizarla. Ellos son siempre más elevados porque la población aumenta, la producción y el desarrollo requieren agua, las ciudades se vuelven siempre más grandes y son lugares en que el agua se consume más. Hay tendencias en acto que debemos absolutamente tener en cuenta: los desarrollos productivos requieren agua y a menudo son contradictorios. Existe el problema de gobernar las exigencias de los diferentes actores de intereses para inducirlos a hablar entre ellos y tener en cuenta exigencias diferentes. La agricultura tiene necesidad de agua, la producción hidroeléctrica tiene necesidad de agua, el ambiente tiene necesidad de agua, el turismo tiene necesidad de agua limpia para prosperar. Rímini, por ejemplo, es una ciudad turística que de la calidad del agua marina hace su base económica. Todos estos actores de intereses tienen exigencias que tienden a aumentar más bien que a disminuir, por lo que sólo utilizando el agua que hay de manera más eficaz se logrará en perspectiva tener la posibilidad de continuar a crecer en un desarrollo sostenible, que no se detiene ante esta generación.

Luego está todo el discurso del desarrollo y de la pobreza: el agua es sí un bien que nos es dado, pero para ser usado requiere inversiones, y estas inversiones son extremadamente exigentes en términos financieros, de capacidad técnica y de gestiones. Requieren un Gobierno diplomáticamente activo. El Instituto del Pacífico tiene actualizados los conflictos en materia de agua y nos dice que ha habido 343 crisis por el agua – pueden ir a ver el catálogo en internet - y en los últimos 10-15 años estas crisis se han multiplicado. Hay muchos instrumentos para evitar las guerras por el agua, una de estas son aquellas convenciones internacionales en la que todos los países están comprometidos, que tratan de llevar a una mesa las diferentes exigencias. Desgraciadamente sólo 60 países están trabajando de manera cooperativa, cuando hay 163 cuencas internacionales a nivel global. Hay tanto camino por hacer para limitar los conflictos y para llevar el agua donde sirve. Los recursos efectivamente existen, podrían existir para todos también en perspectiva, pero deben ser puestas a disposición.

MAURIZIO CARVELLI:
Gracias. A usted doctora Kron.

MANUELA KRON:
Sintéticamente, por desgracia la respuesta es sí. No es alarmismo. Si el ritmo va adelante de este modo, por las verificaciones que podemos hacer como empresa, el problema existe por todas las razones muy bien descritas por la doctora Cortellini. Una de las razones por las cuales queremos usar menos agua en las empresas, es porque si es necesaria el agua para hacerlas funcionar es bueno que se consuma siempre menos. El problema de la disponibilidad de agua es un problema real, pero hay aún espacio para frenarnos. Hace falta ser conscientes y actuar.

MAURIZIO CARVELLI:
Mario, una última oportunidad para ti.

MARIO GARGANTINI:
El hecho de que no se trate de alarmismo, sino de un problema real requiere una condición particular para intervenir y actuar. Un punto decisivo que me ha conmovido en la Encíclica es la idea de creación, que es más que decir natural. El Papa dice que decir “creación” es más que decir simplemente “naturaleza”, porque indica la consciencia de obrar en aquello que nos es donado, en un regalo. Esta no es una premisa filosófica y teológica porque dicta condiciones concretas a los técnicos y a los científicos para realizar aquellas acciones que han descrito. Si estoy delante a un regalo, estaré más atento, más curioso por entender todo de este regalo, seré más cauto, prudente e inteligente al manipularlo. Esto dicta y se vuelve en un factor educativo que tiene implicaciones directas para un problema así grave y planetario. En este momento, la radicalidad del problema impone y nos permite valorizar esta invitación así radical que nos hace el Papa en modo operativo y directo con ventajas también desde el punto de vista técnico-científico, operativo y político.

MAURIZIO CARVELLI:
Gracias. Concluyo diciendo sólo esta cosa: para los antiguos la naturaleza era entendida como caos, para el cristianismo ella viene concebida como logos, como sentido. Si hay un sentido, la Tierra, nuestra Tierra, es el éxito de un proyecto, de una misteriosa decisión de Dios, no de una causa involuntaria. Una decisión buena y a Dios el mundo le gusta. Está en nosotros no consumirlo, sino custodiarlo como ha dicho el Papa en la Encíclica. Como un préstamo para poderlo restituir a las generaciones sucesivas. Por eso los invito a no vivir más allá de las propias posibilidades y a la altura de sus propias responsabilidades. Gracias.

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