Razón y evolución
autor: Christoph Schönborn
Cardenal, Arzobispo de Viena (Austria)
Alberto Savorana (moderador)
Director de Huellas
fecha: 2006-08-23
fuente: Ragione ed evoluzione
acontecimiento: Meeting per l’amicizia tra i popoli: "La ragione è esigenza di infinito e culmina nel sospiro e nel presentimento che questo infinito si manifesti", Rimini, Italia
(Meeting para la amistad entre los pueblos: "La razón es exigencia de infinito, y culmina en el presentimiento y el anhelo de que este infinito se manifieste")
traducción: Camilo

Moderador: Buenas tardes a todos, bienvenidos a este esperado momento de encuentro y diálogo con el arzobispo de Viena, el cardenal Christoph Schönborn, que nos hace el honor de ser huésped del Meeting y pone a tema una palabra que, en su larga experiencia de pastor y teólogo, ha dedicado gran parte: la razón. La razón que da el título a este vigésimo séptimo Meeting por la amistad entre los pueblos y que toma la forma de una frase de don Luigi Giussani, padre de muchos de nosotros y el origen de este evento en Rimini: "La razón es exigencia de infinito y culmina en el suspiro y en el presentimiento que este infinito se manifiesta". Precisamente de don Giussani, de uno de sus libros más importantes y preciosos, "el Sentido Religioso", yo llevo una frase para introducirnos a las palabras que Su Eminencia nos querrá ofrecer. Es tomada del capítulo X de "El sentido religioso": "Si yo abriera por primera vez los ojos en este instante saliendo del vientre de mi madre, yo estaría dominado por la maravilla y por el estupor de las cosas como de una presencia… El ser: no como entidad abstracta, sino como presencia, presencia que no hago yo, que encuentro, una presencia que se me impone". Primero hay una evidencia y un estupor del cual está cargada la actitud del verdadero investigador. La maravilla de la presencia me atrae, he aquí como arranca en mí la investigación. Y Giancarlo Cesana, en la relación con que hemos abierto nuestro encuentro - precisamente sobre el tema del Meeting - a un cierto punto ha dicho: "Cuando uno no se abandona al instinto; cuando se mantiene el juicio, es decir, cuando la razón está presente, cuando yo estoy presente, la característica más humana de la vida cotidiana es este suspiro, la conciencia de la imperfección, de la espera permanente que es la vida…. El ser existe, y aunque la vida te azota, no puedes negar este brazo que te sostiene; más bien, si no existiese este brazo que te sostiene, la vida ya no estaría. El ser está."
El problema es que tienes que decidir con la razón: ¿cuál es el sentido de la realidad? ¿Lo positivo que originalmente percibes, que presientes, el ser que está o lo negativo que te aplasta? Entonces la vida no puede si no afirmar su positividad, buscar su sentido. Esto introduce la espléndida dinámica de la razón del hombre, de su corazón que se sumerge en la realidad como cuentan las frases de grandes hombres de ciencia que Emilia ha querido colocar en grandes fotos a la entrada de este Meeting: Pascal, Einstein, Plance, que han vivido esta dinámica como hombres de ciencia. Son frases que hay que ir a leer, transcribir y aprender de memoria. Pascal dice: "El último paso de la razón es aquel de reconocer que hay una multitud de cosas que superan sus fuerzas. Si la razón no llega a reconocer esto, es solo debilidad". Y Max Planck: "Quién ha alcanzado el estado de no maravillarse más de nada demuestra sencillamente haber perdido el arte del razonar y del reflexionar". Y Einstein, en una frase tan célebre como ignorada o traicionada por tanta ciencia contemporánea, que incluso lo indica como maestro pero en esto no lo sigue: "Quien no admite el insondable misterio no puede ser tampoco un científico."
Y entonces, para introducirnos al tema de hoy, precisamente de una razón asì concebida, no como medida qué cierra sino como ventana abierta sobre la realidad, según aquella feliz expresión creada por don Giussani, ¿Qué cosa se descubre observando la realidad? Lo ha dicho en una circunstancia insólita, pero tan significativa para nosotros, Benedicto XVI en la homilía, el día de su instauración: "Nosotros no somos el producto casual y sin sentido de la evolución, cada uno de nosotros es el fruto de un pensamiento de Dios, cada uno de nosotros es querido, es amado, cada uno es necesario". He aquí, pocos meses después de estas palabras, en el New York Times, en Julio de 2005, el cardenal Schönborn publicó un artículo en que puso a tema y sintéticamente hizo el punto del debate sobre el tema de la creación y la evolución. Y esto ha suscitado un gran debate que continúa todavía entre darwinistas obstinadamente ideológicos, que niegan cualquier significado en la evolución de la realidad y de la vida, otros tantos creacionistas obstinados, por lo que todo se habría desarrollado en seis días. Y ha ofrecido una contribución de razón al profundizarse de este debate. En aquel artículo escribía: "En el curso de la historia la Iglesia ha defendido las verdades de fe que nos ha entregado Jesús Cristo, pero en la época moderna la Iglesia Católica se encuentra en la difícil posición de deber defender enérgicamente también la razón."
He aquí, de hecho, una cuestión de razón antes que una cuestión de fe. El astrofísico Marco Bersanelli un día hizo este ejemplo, a propósito de estas temáticas y de la pretensión ideológica que todo sea un caso, el fruto de un juego casual, llevando a las extremas consecuencias cierta lógica: "Afirmar que algo así complejo como una molécula de ADN se haya formado por combinación casual de átomos, es como defender la probabilidad que poniendo un gato enloquecido sobre el teclado de un piano, éste, saltando casualmente entre las teclas, componga de modo perfecto un preludio de Chopin". ¡Ésta es razón! Es razón aplicada a la observación de la realidad y por esto hoy hemos querido que esté con nosotros en el Meeting el cardenal Schönborn que nos hablará de razón y evolución. Gracias.

Christoph Schönborn: Querida eminencia, queridas excelencias, querido honorable, queridos amigos, queridos pensamientos de Dios - porque cada uno de ustedes, de nosotros, es un pensamiento único de Dios - me siento muy honrado y, por decirlo sencillamente, muy feliz de volver de nuevo al Meeting. Gracias a todos ustedes, gracias a don Giussani, gracias a todos los que han hecho existir esta realidad del Meeting que nos da unas cosas tan bellas, tan importantes para la Iglesia, para la sociedad, para los pueblos, para todos nosotros. ¡Gracias por esto! No es una captatio benevolentiae, es la expresión de mi corazón, simplemente.
Veinte años atras se desarrolló en Roma, bajo la guía del entonces Cardenal Ratzinger, un simposio titulado: "Evolucionismo y Cristianismo". En aquella ocasión, todavía profesor en Friburgo, tuve el privilegio de participar con mi ponencia a la cual había dado el título: "Catequesis sobre la creación y teoría de la evolución. De la tregua al conflicto constructivo (en: R. Spaemann u.a. (Hrsg) Evolutionismus und Christentum, Weinheim 1986, 91-116). La Frankfurter Allgemeine Zeitung comentó el volumen del simposio (FAZ del 13.2.1987 pág.11) titulando el artículo: "La tregua se terminó". Una mirada a los últimos meses confirma tal afirmación. En todas partes se ha desarrollado un encendido debate sobre teoría de la evolución y fe en la creación, y yo no puedo más que alegrarme de ello. Nada es más perjudicial para ambas partes que el inmovilismo. "Lo que concierne a todos debe ser tratado por todos", afirma un viejo principio.

1 Interrogante central: ¿El mundo tiene un sentido? Nada nos concierne mayormente que las preguntas fundamentales del hombre: ¿De dónde venimos? ¿Adónde vamos? Son preguntas que cada persona tiene que afrontar si quiere que la suya sea una vida en que se realiza plenamente la naturaleza humana. ¿Se puede encontrar una respuesta a tales interrogantes? ¿De dónde puede provenir la respuesta? ¿De dónde se pueden traer los parámetros para verificar las respuestas sugeridas? ¿Cómo discernir si una respuesta pueda ser de ayuda en el orientar correctamente la misma vida y aquella de la comunidad? En otras palabras: ¿Dónde podemos encontrar los criterios para formarnos una opinión éticamente sostenible, por ejemplo acerca de la cuestión de la producción de células madre embrionarias (consumo de embriones de parte de la investigación) Problema candente de nuestros días.
La interrogante central a la cual hay que encuentrar respuesta es en el fondo el tema de todo el debate acerca de la evolución: el mundo en el que vivimos, nuestra vida en este mundo, ¿tiene un sentido? Sentido sólo tiene algo dotado de finalidad. Sin razón no hay orientación, no hay proyecto, no hay designio. En el libro-entrevista "Dios y el mundo” (Freiburg/Br 2000, Pág. 119) el Cardenal Ratzinger observa: "Según la imagen cristiana del mundo ello ha nacido por medio de un proceso evolutivo muy complejo. Su origen más profundo va en todo caso visto en el logos y por tanto a ello es inmanente la razón."

2 Ciencia y religión - la razón como anillo de conjunción. Está en juego la razón a la que es contrapuesta la afirmación de la mera casualidad y por lo tanto de la falta de sentido. Y es necesaria una reflexión profundizada sobre la relación entre ciencia, razón y fe. Todos los estudios, todas las contribuciones del Cardenal Ratzinger versan sobre el papel mediador de la razón. A menudo el actual conflicto es reducido a un contraste entre ciencia y religión, en realidad el elemento determinante es el anillo de conjunción entre éstas, o sea la razón. Es la razón que reconoce el designio, el fin, la finalidad, el proyecto y el objetivo innato en la naturaleza y lo hace en medida siempre creciente. Cuanto mayor es la posibilidad de conocer, cuánto más vastos y más detallados son los conocimientos de los procesos de la vida, tanto mayor debería ser, según yo, el estupor, tanto más discutible el discurso del caso y tanto más irrazonable se volverá reconducir el todo - como tuve ocasión de expresar en el New York Times - a un "proceso no guiado y no planeado de variaciones casuales y de selección natural" ("unguided, unplanned process of random variations and natural selection").
Stanley Jaki, fraile benedictino e historiador de las ciencias, observó, una vez, cuánto sea singular que haya unos "darwinistas" que dedican su completa carrera científica al objetivo de demostrar que no existe objetivo (The Road of Science and the Ways to God, Edinbourgh 1978, 281). ¿La teoría de la evolución ha refutado la finalidad, el finalismo? Con su tono irónico y cortante Jaki sostiene: "El principal problema de esta afirmación es el siguiente: un proceso evolutivo que falta, según aquello que se dice, de finalidad ha producido como resultado un ser, el hombre, que actúa siempre con un objetivo. Los mismos evolucionistas niegan el objetivo con un objetivo; su finalidad es promover el materialismo, que no es absolutamente una ciencia sino una antimetafísica" (No-Darwiniani Darwinismi en R. Pascual y L’Evoluzione: Crocevia di scienza, filosofia e teologia {La evolución: Encrucijada de ciencia, filosofía y teología}, Roma 2005, pág. 44). "Omne agens agit propter finem", recita un principio de la metafísica clásica, de Aristóteles a Tomas, cfr. S.Th II - II, 1.2; I, 44,4).

3 La interrogante sobre el "designio inteligente" es completamente legítima. Querríamos remarcar: ¿Es legítimo y justificable en términos metodológicos excluir de una determinada visión de la naturaleza la pregunta "cuál es el objetivo”, la búsqueda de la finalidad? No es legítimo y es hasta irrazonable sacar de eso la conclusión que no exista finalidad. La agresividad con la que se han acalorado los ataques a un grupo de científicos americanos que se dedica al tema "designio inteligente" no tiene mucho que ver con la ciencia. Se puede criticar su aproximación metodológica (y también yo pienso que es justo criticarlo). La pregunta sobre el origen del designio inteligente evidente en el mundo viviente es completamente legítima y hasta hace parte del hombre y de su razón. No es posible esperarse la respuesta a tal pregunta de la búsqueda que obra en términos rigurosamente científico-metodológicos de cuantificación; ella es más bien confiada al hombre en cuanto ser interrogante, pensante, capaz de asombrarse.
Con respecto a esta distinción, Joachim Illies escribe: "Ni un sentido ordenador detrás de las cosas ni un caso no intencional son demostrables a través de las ciencias naturales. En la medida que progresa la biología reconoce que no es posible encontrar la respuesta a la interrogante sobre las causas últimas de la evolución en el propio campo de búsqueda, (Biologías und Menschenbild, 1975, pág. 19 sig.). Pero entonces, ¿Dónde se puede encontrar? Y éste es el tema sobre el que se basará principalmente la presente relación del que hace también parte la ventaja evolutiva del sueño; si por casualidad tienen que dormir durante la lección, esto será un efecto positivo para la evolución. ¡Espero haber despertado a los que ya estaban durmiendo!
Querría ilustrar la tesis que propongo con una metáfora, una imagen que he encontrado en Joachim Illies, científico del Max Planck Institut. Es la imagen de dos escaleras: la escalera de Darwin y aquella de Jacob en el Génesis, (Schöpfung oder Evolution. Ein Naturwissenschaftler zur Menschwerdung. Zürich 1979. Pág. 104). Esta imagen quiere simbolizar el movimiento ascendente de la evolución y el movimiento del Espíritu creador descendiente de Dios. Dos direcciones, dos movimientos que solamente si las observamos juntas vuelven posible algo que se acerca a una mirada sobre la totalidad, yo diría una mirada de sabiduría. Que estos dos movimientos encuentren en Cristo su centro, su sentido y su objetivo interno será argumento retomado al final de esta presentación.

4 Dos perspectivas - dos historias. Al principio de los años Setenta, entre el etólogo y premio Nobel Konrad Lorenz - un hombre muy simpático pero ateo enfadado, simpático ateo enfadado - y el discípulo de Sigmund Freud, sobreviviente de los campos de concentración y fundador de la logoterapia, Viktor Frankl, se desarrolló un coloquio del que Frankl refiere lo siguiente: "Si tanto así afirman que toda la evolución es sólo un producto del caso atribuible a acontecimientos casuales sin ningún nexo lógico, que no haya ninguna teleología (orientación a un objetivo), entonces nos tenemos que preguntar si este plano de la biología es necesariamente lo único en el cual puedo ver la realidad. ¿No es posible que este plano de la perspectiva biológica sea por supuesto sólo uno y que - a lo mejor perpendicularmente a ello – no haya otro? ¿Y no podría darse que en este otro plano, en este sistema de coordenadas exista una idea, una línea de conjunción entre aquéllos puntos que en el plano exclusivamente horizontal parecen no estar conectados, o bien casuales? Observando las cosas en este modo, (incluyendo este plano vertical), también detrás de las mutaciones se podría descubrir una teleología (nexo lógico y finalismo)".
En su relación, así Frankl continúa: "De Konrad Lorenz no me espero que ahora se sumerga en esta área para después decir: sí cierto, existe este nexo lógico, este finalismo. Pero cierto me espero que no insista en afirmar que necesariamente exista sólo la perspectiva del plano exclusivamente horizontal. A su tiempo le dije a Konrad Lorenz: sabe, si Usted admitiera simplemente que en línea de principio pueda existir - en un plano diferente del biológico - una teleología, un nexo lógico, una orientación a un sentido, se merecería entonces un segundo premio Nobel, aquello por la sabiduría. Porque la sabiduría es la ciencia más el conocimiento de sus propios límites" (Viktor Frankl, Altes Ethos - Neues Tabú, 1974. La cita es sacada de una libreta que querría recomendar con gusto a todos, en particular a los lectores más jóvenes, ya que trata de manera excelente la mayor parte de las interrogativas objeto también de estas catequesis: Peter Blank, Alles Zufall? Naive Fragen zur Evolution, Augsburg 2006, Pág. 75 sig.).
Dos modos de ver que de hecho a menudo vienen considerados como excluyentes recíprocamente, en contraposición, y que en los Estados Unidos hasta han disparado batallas legales con un enorme eco mediático. Esto lo vemos a veces en el debate fatigoso entre ciencia contra creacionismo. Lo digo simplemente: la Iglesia católica no sostiene la posición creacionista, es decir, el pensar que el mundo es creado en seis días y no tiene más de 6000 años. Quizás para aclarar un poco las cosas, sería oportuno hablar no solamente de dos perspectivas, sino también de dos historias contadas muy a menudo en competencia entre ellas y excluyentes recíprocamente.

5 El Darvinismo se convirtió en la historia alternativa de la creación. Por siglos la creación ha sido contada como Génesis, como está escrita en la Biblia. Los hombres se entendían como parte de una gran historia iniciada con Adán y Eva, que encontró su principio en la obra creadora del Señor subdividida en seis días. El mundo ha sido creado hace más o menos 6.000 años. Todavía hoy el pueblo hebreo cuenta los años a partir de la creación del "mundo". Según el calendario hebreo, estamos en el año 5766 desde la fecha de la creación. No sorprende que con el descubrimiento de las vastedades del universo y la edad de la tierra esta historia haya encontrado una competencia cada vez más marcada. La historia "científica" del mundo reemplazó cada vez más aquella bíblica haciendo de éste un cuento mítico. Pero sólo con la llegada de la historia darwiniana de la vida se evidenció una neta situación competitiva. El darwinismo se volvió la historia alternativa de la creación, que ya no necesitó más a un Creador y que con respecto a la historia bíblica tomó el halo extremadamente fascinante de la cientificidad que todo transfigura.
Debemos darnos cuenta que hoy en día la evolución, como historia válida, es contada igual en todas partes. Domina los textos escolares, los medios de comunicación, el debate público, hasta la publicidad y evidentemente las caricaturas - he sido feliz víctima de muchas caricaturas el año pasado y tengo que decir que me ha gustado (quizás sea un poco de vanidad) - etcétera. Y es contada con la pretensión de describir cómo las cosas realmente fueron. Al relato bíblico queda en el mejor de los casos un espacio limitado para decir algo sobre el sentido de la vida humana. Como historia lo que se lee en los primeros tres capítulos de la Biblia es mito. Éste es el escenario espiritual de nuestros días: para quien se atiene a una concepción científica del mundo, la historia del mundo contada según el modelo evolucionista es la historia verdadera. La otra, aquella bíblica es, a lo sumo, un bonito mito.

6 La historia bíblica y aquella científica siguen siendo relatadas. Pero ambas historias siguen siendo relatadas. La bíblica durante la función religiosa - ¿somos tontos, locos por hacerlo? Tomemos el ejemplo de la noche pascual, que empieza con la gran lectura de la creación del Génesis -, en las lecciones de religión (generalmente con un cierto "dolor de barriga" y muchas atenuaciones) o en las salas de conciertos cuando es tocada la Schöpfung" (La Creación) de Haydn – ¡cuánto es bella!, ¿Mito, sólo un mito? De otra manera es contada la historia "científica", que viene a menudo retomada también en la clase de religión, porque así la enseña precisamente "la ciencia" y se dice que es probada y es así, sin discusión. Se impone pues la pregunta inevitable, sobre todo por parte de los jóvenes, en la medida en la cual éstos se pongan interrogantes: ¿cuál de las dos historias es la verdadera? La respuesta en general es clara: ¡la científica! ¿Cómo podría ser de otra forma? Además ésta viene presentada como “historia ya demostrada científicamente”.
¿Cómo se explica entonces que desde la publicación de los “origen de las especies” de Darwin el debate científico nunca se haya calmado? Hay todavía interrogantes de enorme alcance que se ponen a la “historia darwiniana” por parte de personas que no son para nada fundamentalistas. Hay tantas cuestiones abiertas por las cuales no podemos que seguir asombrándonos por el énfasis y la seguridad de sí con la cual es contada la “historia de Darwin”
La investigación netamente científica sobre la evolución, capaz de registrar con claridad los propios pasos, es una rama de la investigación que merece todo respeto. El extenderla a todos los campos de la realidad, según el lema "todo es evolución", ya no es científicamente sostenible. Aquí nos adentramos en el terreno de la Weltanschauung, de la concepción de la vida, sin depender de la ideología. Por esto es tan importante distinguir entre la teoría científica de la evolución, que no debe entrar en conflicto con la fe - tampoco con la razón -, y la ideología evolucionista o darwinista.
La "historia darwiniana" no tiene que ver solamente con la concepción del origen de la vida y su desarrollo. Ha influenciado y continúa influenciando la vida social, las grandes orientaciones éticas a nivel de bioética, pedagogía y ciencia. La alternativa a la "historia darwiniana" no es el creacionismo, como a menudo se sustenta y se opone en el debate actual sino la síntesis entre "escalera de Darwin" y "escalera de Jacob."
Muchos elementos hablan a favor del hecho que la vida se haya desarrollado de modo ascendente en el curso de un largo proceso desde los inicios más simples hasta la complejidad de la humanidad. Es maravilloso penetrar cada vez más profundamente en los elementos comunes y por lo tanto en las afinidades de todo el mundo viviente. Pero no sólo no es necesario, es hasta insensato e irrazonable ver este grandioso recorrido de la vida hasta el hombre como un proceso guiado por la pura casualidad. Si después un astrónomo, que es también sacerdote y teólogo, llega incluso a afirmar que el mismo Dios no pudiera saber con seguridad que el resultado de la evolución habría sido el hombre, realmente ha llegado al límite de lo absurdo (P. George V. Coyne S en el Spiegel 52/2000 de 22.12.2000.)
La alternativa a este proceso reconducible a la pura casualidad no es el determinismo absoluto, sino más bién la "mezcla” entre el actuar propio de las criaturas y el espíritu creador divino, que lo respalda y lo hace posible. Al principio fue el Verbo y no la casualidad. Existe la casualidad en el sentido del no programado, pero no es el gran principio creativo que el darvinismo ideológico querría hacer de ella. Como conclusión, permítanme señalar al menos en grandes términos tres campos en los cuales emerge de modo particularmente claro cómo una concepción de la vida basada sobre la "escalera de Darwin" producir hoy directamente consecuencias problemáticas y dramáticas. Doy tres ejemplos, tres campos: la economía, la pedagogía y la bioética.

7 Neodarwinismo y neoliberalismo. En una entrevista publicada por un periódico austríaco ("Die Presse" del 30 de julio de 2005, pág. VIII), el darwinista radical y ateo Richard Dawkins sostenía: “Ninguna persona de bien quiere vivir en una sociedad que funcione según las leyes darwinistas. Una sociedad darwinista sería un estado fascista”. ¡De acuerdo! ¿Pero como puede existir una sociedad distinta, más humana, si todo es evolución, si todo funciona darwinisticamente? ¿Dónde tiene el origen la libertad de dirigirse contra "la mortal pesadilla darwinista", ( como él llamaba a la vida de Woody Allen)? El economista vienense Ewald Walterskirchen llama la atención sobre la estrecha conexión entre neodarwinismo y neoliberalismo económico: "Ambas teorías parten de la tesis que solamente cambios/adaptaciones casuales producidos por la selección o por la concurrencia determinen el proceso evolutivo. El economista estadounidense Paul Krugmann escribe, con razón, que un texto de microeconomía neoclásica se lee como una introducción a la microbiología. En economía, la cercanía con la biología emerge sobre todo en las obras de Hayek, considerado uno de los padres del neoliberalismo. Friedrich von Hayek, descendiente de una familia de biólogos, habla explícitamente de "Aussiebung", de selección o filtración por parte del mercado. Cree que una alta tasa de desocupación - como un exceso de población en el mundo animal - es deseable en términos económicos para que pueda tener lugar la selección natural. A su vez el OECD, baluarte del neoliberalismo, interpreta la crisis económica en Europa simplemente como una insuficiente capacidad de adaptación a los shock - en analogía a la posición de los neodarwinistas acerca de la extinción de las especies animales. Las conclusiones de estas reflexiones a nivel de política económica son claras: la política económica debe solamente crear las condiciones de entorno adecuadas para que en el mercado pueda desencadenarse el mecanismo de selección. En otras palabras, este proceso aspira a abolir el modelo social europeo" (Der Standard 16/17.7.2005).

8 Neodarwinismo y pedagogía del fitness. En calidad de "obispo escolar" dentro de la Conferencia episcopal austríaca, he podido tomar reiteradamente posición en los años pasados respecto a cuestiones relativas a la escuela y a la instrucción. La preocupación principal es "la economización" de la instrucción que se observa con siempre mayor claridad desde hace algunos años. Algunas señas al respecto.
Un paradigma fundamental de la instrucción es hoy día la adaptación desde el punto de vista de la utilidad - sobre todo por el mercado del trabajo. Competencias claves como la movilidad y la flexibilidad tiene éxito, mientras que han caído en el olvido los principios de la doctrina social católica: la economía existe para el hombre - y no viceversa. Olvidada es, en parte, la función fundamental de la escuela y de la instrucción que consiste en formar personalidades con capacidad de resistir y no sólo de adaptarse. Vivimos en un período que - gracias a Dios - no necesita héroes, pero es necesario preguntarse: ¿quiénes serán grandes oponentes motivados capaces de no conformarse, si todos aprenden rápido a orientar la propia bandera según sopla el viento?
Lo que no es tomado en consideración es lo que sucede con los que no logran acostumbrarse porque demasiado lentos, poco listos, poco idóneos a las luchas de competencia, demasiado tímidos, demasiados inseguros…son marginados. Al centro se encuentran los que se adaptan, los que pueden resultar útiles - son destinados y seleccionados para la supervivencia. Pero se ignora también el hecho que en tiempos de cambio radical los que se han adaptado mejor a las condiciones existentes serán las primeras víctimas.
La capacidad de resistir a un evolucionismo ideológico es una de las formas actuales de vivir la libertad y la responsabilidad, aunque esto tiene su precio. En su famosa relación a la Sorbonne de París, el Cardenal Ratzinger afirmaba que "en virtud de su opción a favor de la primacía de la razón hoy el Cristianismo significa Ilustración" o bien liberación de falsas dependencias (cfr. Cardenal Ratzinger, Glaube, Wahrheit, Toleranz. Das Christentum und die Weltreligionen, Freiburg 2003, pág. 146).

9 La lucha por la ética de la vida. No hay otro campo en que la contraposición ideológica con una concepción materialista de la vida asuma tonos más encendidos que en aquel de la bioética. La imagen cristiana del hombre, y en particular la doctrina de la Iglesia Católica, se encuentra hoy a menudo sola para defender la dignidad absoluta del hombre desde la concepción hasta a su muerte natural. No obstante las críticas, a menudo duras, la Iglesia Católica sigue creyendo firmemente en que en la naturaleza hay "un lenguaje del Creador" y por lo tanto un orden éticamente vinculante de la creación que continúa siendo un criterio fundamental al cual orientarse en materia de bioética.
Es singular: la ideología que se inspira en la evolución rechaza a un Dios - "diseñador". No acepta la idea de un designio inteligente en la naturaleza. Y sin embargo se multiplican los proyectos en los cuales el hombre mismo se declara "diseñador" de la evolución. He aquí que en el nuevo libro de Simón Young, Designer Evolution: A Transhumanist Manifiesto, (Prometheus 2006, controvertido en First Things nr. 164/June-July 2006, pp. 48 f.) es defendida abierta y completamente una ética biologistica, eugenética.
Los fracasados son los que no han tenido éxito en el "upgrading" biológico. Las preocupadas objeciones de la doctrina católica respecto a la fecundación en vitro y a todas sus consecuencias, por ejemplo el diagnóstico preimplante ya practicado en parte ahora, los infinitos efectos de los embriones supernumerarios, la discusión acerca de su utilización para la producción, por ejemplo, de células madre embrionarias (Italia ha abandonado la alianza política entre Alemania, Austria, Polonia para decir no al sostén financiero a la búsqueda de las células madre embrionarias y éste es un pecado que espero sea reparado, lo esperamos mucho en Austria) todo esto desemboca en problemas de gran emvergadura, en inestabilidad ética y, no lo olvidemos, en nuevo sufrimiento humano que se tuvo la pretensión de eliminar.
El "designio inteligente" de esta biotecnología que toma en sus propias manos la evolución no inspira cierta confianza, al contrario. Ciertamente, cuando se superan las fronteras éticas de la bioingeniería se nos marcan las posibilidades de empleo positivo, la terapia de ciertas enfermedades, el realizarse del deseo de tener hijos, el logro de mejoramientos sociales.
Pero atención: algunos de estos "progresos" se han mostrado con el tiempo problemáticos. Los enormes intereses económicos, generalmente detrás de las aventuras biotecnológicas, a menudo impiden una información abierta y honesta sobre las consecuencias negativas de estos "progresos" (un ejemplo son los resultados de la investigación sobre los altos riesgos de la fecundación en vitro, que son casi escondidos aunque están expresados bien claramente en las publicaciones científicas.)

10 consideraciones finales. Dos palabras para concluir: la cosa principal es y sigue siendo la gratitud estupefacta, la adoración y la magnificación. "¡Dios mio cuanto eres grande!". Nunca debería apagarse este estupor en el corazón. Todo el saber que he podido adquirir en el trascurso de los años, aunque se trata solamente de partículas de fragmentos de los conocimientos, sólo me ha hecho penetrar más profundamente en el estupor, también todo lo que se puede aprender de la investigación exacta sobre la evolución. Gracias sobre todo a la genética, la "escalera de Darwin" ha hecho posible una mirada maravillosa en la ascendencia de la vida, en su futuro y en su realización. La "escalera de Jacob", que une este ascenso y descenso de la vida con el cielo, con el actuar del Dios viviente, de su Logos y de su Espíritu Creador, no sustituye la investigación científica, no sustituye la fatiga del "subir" sobre la "escalera de Darwin" por parte de la ciencia. No nos dice como el Creador haya cumplido Su obra, como la conservas y la conduces, pero nos dice con absoluta certeza, con mayor certeza que cualquier teoría científica, que es Su verbo, el Logos, Cristo a través del cual y hacia el cual todo ha sido creado, y que Su espíritu que rondaba ya desde los principios sobre la superficie de las aguas, (Gén 1.2,) que es amor, empapa toda la Creación dándole sentido y fin. Logos y ágape, razón y amor son la sustancia por la cual se ha formado y continúa existiendo y siendo realizado el mundo. En esta certeza vale la pena vivir - y también morir. Porque, ¿qué evolución sería si la resurrección y la vida eterna no fueran su fin último?
En su primera homilía pascual, el Papa Benedicto XVI ha dicho: "La Resurrección de Cristo es - si podemos usar una vez el lenguaje de la teoría de la evolución - la más grande 'mutación', el salto absolutamente más decisivo hacia una dimensión totalmente nueva, que en la larga historia de la vida y de sus desarrollos haya habido nunca: un salto en un orden completamente nuevo, que nos concierne a nosotros y a toda la história… Es un salto de calidad en la historia de la 'evolución' y de la vida en general hacia una nueva vida futura, hacia un mundo nuevo que, partiendo de Cristo, ya penetra continuamente en este mundo nuestro, lo transforma y lo atrae a sí (Homilía en la Vigilia Pascual, 15.4.2006).
Si la Resurrección de Cristo es, por así decir, "la más grande mutación" o, como dice el Papa Benedicto en la misma Homilía, la "explosión del amor¨, que suelta la mezcla hasta ahora indisoluble del 'mueres y te vuelves', entonces podemos afirmar: éste es el punto de llegada de la evolución. En su fin, en su cumplimiento también se manifiesta su sentido. Por cuanto pueda aparecer en algunos pasos priva de finalidad y orientación, a partir de la Pascua el largo camino ha tenido un sentido. No "el camino es el objetivo", sino la resurrección es el sentido del camino. ¡Muchas gracias por la paciencia!

Moderador: ¿Qué evolución sería - se ha preguntado y nos ha dicho, Eminencia, al final de su lección - si la Resurrección y la vida no fueran el objetivo último o en otras palabras, si aquel suspiro y aquel presentimiento que el infinito se manifieste estuvieran sin sentido, no fueran el término de una promesa que sentimos como naturaleza de nuestro corazón? Por esto nosotros estamos agradecidos por Su palabra y por Su empeño en la defensa de la razón, Eminencia. Y en esto nos sentimos, también con este Meeting, de algún modo colaboradores, con todos nuestros límites pero con la certeza de esta positividad no eliminable, inexorable, que nos domina, de lo que se ha citado del entonces cardenal Ratzinger, que justo en virtud de su opción en función de la razón el cristianismo hoy significa "Ilustración" o bien liberación de las falsas dependencias, de aquella esclavitud respecto a una razón que niega esta positividad, este inexorable deseo de vida, y de una vida que tenía un significado, que queda en cada hombre. Por eso le manisfestamos nuestros mejores deseos de seguir siendo maestro en esta batalla en defensa de la razón, como católico. Y le deseamos un buen trabajo en los próximos días, la próxima semana, junto a Benedicto XVI y a otros científicos, intelectuales, hombres de cultura invitados por él a Castel Gandolfo a discutir, a dialogar de creación y de evolución, de las cuales Usted hoy nos ha querido ofrecer algunas preciosas primicias. Gracias por Su amistad y por Su testimonio.

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