El reciente estudio del científico italiano Giuseppe Baldacchini basado en la teoría de la aniquilación, verificaría la autenticidad del Sudario según las leyes de la física hasta hoy conocidas. Baldacchini es un físico, que por muchos años ha desempeñado roles de responsabilidad en el Eneas de Frascati. Es también un estudioso apasionado de aquel objeto misterioso que es el Sudario de Turín, y justo en estos días ha recogido sus reflexiones en un trabajo, disponible en su totalidad en este enlace: http://www.sindone.info/BALDAKKI.PDF En particular, queda una fascinante hipótesis para contestar a una serie de preguntas sobre la formación de la imagen, y sobre cómo el cuerpo dentro de la mortaja fúnebre pueda haber desaparecido. Baldacchini pone dos hipótesis de trabajo: que el Sudario sea una falsificación medieval útil a la Iglesia Católica para prácticas devocionales y/o propaganda religiosa como tantas otras reliquias o sea auténtico y que realmente haya envuelto el cadáver de Jesucristo, y haya sido testigo de su Resurrección. “El Sudario es una sábana de lino antiguo de unos 4,40x1,10 m sobre la que hay muchas señas entre las cuales una débil imagen corpórea (IC) frontal y dorsal y manchas de líquidos orgánicos e inorgánicos. En las últimas décadas ha sido descubierto que el IC no es un diseño o una pintura ejecutadas con técnicas conocidas, y algunas manchas rojizas han sido causadas por sangre humana (Antonacci, 2000), (Wilson, 2010). Naturalmente no podemos excluir todavía una falsificación, y entonces supongamos que el Sudario sea un falsificación medieval realizada por el más genial falsificador nunca antes visto sobre la Tierra y aún hoy desconocido (Baldacchini, 2011). Sucede que el hipotético autor u autores, conocieran algunas tecnologías o informaciones antes de su invención y divulgación”. Baldacchini enumera once elementos científicos determinantes para hacerle concluir que el Sudario no es una falsificación. Por razones de espacio no podemos enumerarlos todos, y les rogamos por tanto hacer referencia al texto original. El estudioso recuerda que “El Sudario no contiene trazas de líquidos y gases putrescentes (estas señas son producidas después de unas 40 horas de la muerte, y por lo tanto el cuerpo no estaba ya antes de eso pero no mucho antes, por las manchas de sangre que han necesitado tiempo para formarse por la licuefacción de la sangre ya coagulada, proceso de hemólisis)”, y que “El cuerpo no ha sido removido manualmente (no hay huellas de arrastre en correspondencia a las manchas de sangre)”. ¿Pero cómo ha desaparecido el cuerpo? Contesta Baldacchini: “El único fenómeno conocido en Física que conduzca a la desaparición completa de la masa con producción de energía equivalente es el proceso de aniquilación materia-antimateria (AMA), que puede ser hoy reproducido sólo a nivel subatómico en los laboratorios de partículas elementales, pero que ha sido en cambio dominante inmediatamente después del Big Bang, es decir en los instantes iniciales de existencia de nuestro universo”. La “teoría de la aniquilación” también satisface las características solicitadas por hipótesis anteriores: “En efecto, sólo una pequeña parte de la energía de la masa en reposo es liberada, mientras el cuerpo se aniquila completamente y reaparece prácticamente como era antes aun fuera del Sudario”. Las hipótesis precedentes concernían a la energía radiante (MEB), y la hipótesis del cuerpo mecánicamente transparente, (Reb) y eran completadas por la hipótesis del “Método histórico consistente” (chm). Todas teorías elaboradas en años pasados para dar una explicación a la desaparición del cuerpo, que no ha sido desplazado mecánicamente de la mortaja fúnebre. “Por tanto, el cuerpo de Jesucristo se vuelve transparente para el Sudario como solicitado por la hipótesis MTB, mientras emite una limitada cantidad de energía radiante como para la hipótesis REB, sin los problemas de la hipótesis HCM”. En la discusión que completa el estudio, el físico afirma que “La hipótesis AMA no nos dice nada, salvo que el cuerpo se ha desmaterializado dentro del Sudario e instantáneamente se ha materializado de nuevo en otro lugar muerto o vivo, que no hace diferencia para las leyes de la Física que no están así en contradicción con los relatos evangélicos que en cambio lo describen resucitado y por lo tanto vivo”. Y estoy de acuerdo con las características químicas y físicas del Sudario de Turín. Me he movido casi en los límites de los conocimientos científicos actuales, pero he tratado de quedar dentro de las leyes de la física hoy conocidas, principalmente la conservación de la energía y la no conservación de algunos parámetros fundamentales en los procesos elementales que están a la base de la existencia de nuestro universo”, concluye el estudioso. |
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Sábana Santa. El cuerpo ha desaparecido con un big bang